Presumimos que somos libres, pero en realidad nos explotamos apasionadamente hasta colapsarnos.
"Sí, tú puedes" crea un sentimiento de libertad, sólo al principio. Aquellos que fallan en lograr algo, se vuelven depresivos, se sienten avergonzados, se aíslan. Se sienten culpables por sus fracasos, buscan la culpa dentro de ellos mismos y no en la sociedad.
A un cierto nivel de productividad el "tú debes" rápidamente alcanza su límite.
Para incrementar la productividad, el sistema cambia el "debes" por el "puedes". La motivación es más efectiva para la explotación que las órdenes.
El empresario está libre en el sentido que no está sujeto a las órdenes de otros, pero no es realmente libre, porque se está explotando a sí mismo. Y la autoexplotación es naturalmente mucho más eficiente que la explotación por otros...
Para incrementar la productividad, el sistema cambia el "debes" por el "puedes". La motivación es más efectiva para la explotación que las órdenes.
El empresario está libre en el sentido que no está sujeto a las órdenes de otros, pero no es realmente libre, porque se está explotando a sí mismo. Y la autoexplotación es naturalmente mucho más eficiente que la explotación por otros...