lunes, 10 de agosto de 2015

Flores de Bach en una Unidad de Diálisis, por Catherine Fullana



Catherine Fullana es Bach Practitioner (BFRP) y Enfermera. Trabaja en una de las unidades de dialisis de Calydial, un centro privado al sur de Lyon, Francia.
Con autorización del Centro Bach, comparto su artículo publicado en el boletín BFRP. Catherine nos cuenta su experiencia ayudando a mejorar la calidad de vida de las personas en diálisis con el Sistema Floral de Bach.

Mi trabajo principal es enfermera. Llevo trabajando 15 años en una unidad de diálisis. Tal vez no sabéis de que se trata…

Cuando los riñones no funcionan, la gente necesita diálisis. Para eliminar los desechos y el agua acumulada en su cuerpo, necesitan ser conectados a una máquina durante cuatro horas, tres veces a la semana. Esto es necesario para su supervivencia.

El tratamiento es muy restrictivo. Requiere crear una fístula en el brazo o un catéter en la base del cuello. La fístula crea una vibración permanente y el catéter tiene que serprotegido por un vendaje. Este vendaje debe mantenerse seco.

Para hacer la situación aún más complicada, los pacientes tienen que respetar una dieta sin sal o potasio, que incluye beber lo menos posible y tomando mucha medicación. Tres veces por semana los pacientes tienen dolor porque las agujas que las enfermeras utilizan para acceder a la fístula son grandes.
Las cuatro horas que dura la diálisis tampoco están exentas de problemas. Los pacientes pueden sentir fuertes calambres e hipotensión. Al final de la sesión están agotados, pero no tienen otra opción y tienen que volver dos días después. Va a ser así durante toda su vida. Sólo un trasplante puede salvarlos de todo este sufrimiento.
Como practitioner en flores de Bach vas pensando en que flores les recomendarías. Esto es lo que yo llevaba pensando durante demasiado tiempo…
Fui a ver al director médico para preguntarle si podía ayudar a los pacientes con las flores. No fue difícil convencerle, porque él solía tomarlas cuando estaba estresado. Me pidió que explicara a sus colegas en qué medida las flores de Bach podrían mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Aunque eran escépticos, tampoco se oponían a la idea. Presenté el método de Bach en una reunión informativa dirigida a las personas en diálisis. Algunos de ellos estaban interesados y aceptaron que yo fuera a su sesión de diálisis. Podéis suponer que fue fácil para mí encontrar las flores apropiadas: había un montón de miedos y ansiedad acerca de la sesión de diálisis, la aprensión a la aguja, el temor a los calambres…

¿Va a ir todo bien durante la diálisis?

Hay muchas dificultades para aceptar las limitaciones que supone el tratamiento y los cambios en su cuerpo. Hay mucha frustración a causa de la dieta, la vida social se interrumpe debido a las sesiones de diálisis que necesitan cada dos días. Sólo pueden trabajar a tiempo parcial o peor aún, han de dejar su trabajo. Tienen que programar sus vacaciones porque necesitan reservar sesiones de diálisis allá donde vayan. Y también están las emociones del día a día, los recuerdos de la vida que han dejado atrás, y las insistentes preguntas sobre el futuro ..

Empecé viendo a una docena de personas. Mis colegas, tanto enfermeras como médicos han visto como algunos pacientes cambiaban:
La señora C se negó a recibir un trasplante porque su hijo se casaba el día después. Estaba muy satisfecha con su decisión, pero su familia fue muy crítica con ella y acabó sintíendose culpable. Pine le ayudó a aceptar su elección, sin renunciar a la idea de recibir un trasplante en el futuro.
El Sr. A no podía soportar la proximidad de los otros pacientes y a veces se mostraba agresivo. Le pregunté si le gustaría tener una reunión conmigo. Tomó Water Violet. Desde entonces, poco a poco, lo hemos visto saludando a la gente y aceptar su dependencia al tratamiento.
La señora B tenía un miedo paralizante a las agujas hasta el punto de ser insomne. Después de tomar Rock Rose y Mimulus ya no necesita el anestésico local en el brazo pinchado.
La señora D después de ser trasplantada se dio cuenta de que tendría que tomar pastillas durante el resto de su vida y vivir con un órgano que pertenecía de otra persona, una persona que estaba muerta. Gracias a las flores de Bach fue capaz de reconciciliarse con el futuro. Pine y Crab Apple le ayudaron a aceptar el riñón y el tratamiento anti-rechazo.
El señor E terminó en diálisis porque su miedo intenso a todo lo relacionado con los médicos y los hospitales le impidió consultar a tiempo con un médico: “Tenía miedo de lo que puedan decir pero después de estar en coma una vez, no tuve más elección”. Tomó Rock Rose, Mimulus, Star of Betlehem y diálisis. Él es un adicto al deporte y ya vuelve a entrenar, incluso quiere competir. Ahora ya confía en su médico.

La señora F me afectó mucho. Tenía 69 años y quería aprender a usar la máquina de dialisis para independizarse. Pero estaba convencida de que no sería capaz de entender el funcionamiento. Nos tomamos nuestro tiempo en una larga conversación. Lloró cuando me explicó que una vez, cuidando de sus hijos, ocurrió un trágico accidente: “Mi hijo mayor quiso ir a jugar en el jardín, yo tenía que cuidar de sus hermanos y le dejé ir. Mi hijo resbaló cuando intentaba escalar una valla y se mató.” La señora F pensaba que era una mala madre y que no iba a ser capaz de utilizar la máquina porque ni siquiera había sido capaz de cuidar de sus hijos. Finalmente Star of Betlehem, Pine, y Lach le ayudaron mucho. Fue capaz de utilizar la máquina por su cuenta y finalmente recibió un trasplante.
Como véis hay mucho que hacer. Mis colegas me avisan cada vez que alguien quiere hablar conmigo y voy a verlos. Por lo general es durante su sesión de diálisis. “Sencillez”, dijo Edward Bach. Estas personas tienen que ir a la sala de diálisis tres veces a la semana, y también a otras consultas de especialistas. Como yo los visito durante su sesión de diálisis es una cita que no tienen que programar.
Como beneficio adicional, nos dicen que sus sesiones de cuatro horas les parecen más cortas. Es un momento precioso donde alguien escucha sus dificultades de la vida cotidiana, en igua
ldad de condiciones; ellos son los únicos que saben lo que sienten.
Les pregunto si quieren un frasco de remedios florales, se prepara en la unidad y se van a casa con él. Cuando llego a la sala de diálisis a menudo escucho por parte de mis colegas:
“¡Oh, bien que estés aquí! El Sr. X quiere verte “o “¡Aquí viene la florista! “

Incluso fui promocionada gracias a mi trabajo ayudando a los pacientes con flores de Bach. En cuanto a mis colegas, nunca dudan en utilizar las flores tanto para ellos como para sus familiares. Concretamente me tomé el tiempo para enseñarles a utilizar el remedio de rescate, la combinación de emergencia. Tienen crema o gotas a la mano por si las necesitan. Saben que cuando un paciente está angustiado o estresado por las agujas o los alambres pueden ofrecerle Rescue Remedy.

Presenté esta experiencia en la unidad diálisis y trasplantes en una conferencia de enfermería y actualmente, siete años más tarde, estoy llevando a unas 80 personas dializadas; más de 230 conversaciones en lo que va de año. Siempre es un doble encuentro: el primero con el paciente, por supuesto; el segundo con las flores. Las flores pueden ser a veces, sorprendentes.

Este es mi día a día. Me siento orgullosa de poder desarrollar mi trabajo como practitioner en flores de Bach en el campo de la diálisis.

Fuente: https://detotselscolors.wordpress.com/2015/08/03/flores-de-bach-en-una-unidad-de-dialisis-por-catherine-fullana/

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