jueves, 23 de julio de 2015

"Las Puertas del Cielo y del Infierno"



Hakuin, el Maestro Zen, es una de las raras flores. 
Un guerrero fue a él, 
un samurai, un gran soldado, 
y le preguntó: 
`¿Existe el infierno? ¿Existe el cielo? 
Si el infierno y el cielo existen, 
¿dónde están las puertas? ¿Por dónde entro?

Era un guerrero simple. 
Los guerreros siempre son simples, 
sin astucia en sus mentes, ni aritmética. 
Sólo conocen dos cosas: 
la vida y la muerte. 
No había venido a aprender ninguna doctrina; 
quería saber dónde estaban las puertas, 
así podría evitar el infierno y entrar en el cielo. 
Y Hakuin le respondió 
en una manera que 
sólo podía comprender un guerrero.

Hakuin le dijo: `¿Quién eres?`
 El guerrero respondió: 
`Soy un samurai`. 
Produce mucho orgullo ser un samurai en el Japón. 
Significa ser un guerrero perfecto, 
un hombre que no vacilará un sólo instante en dar su vida. 
Dijo: 
`Soy un samurai, soy un líder de samurais. 
Aún el emperador me debe respeto`.

Hakuin rió y le dijo: 
`¿Tú, un samurai? ¡Pareces un mendigo!` 
Su orgullo estaba herido. 
El samurai olvidó para qué había venido. 
Desenvainó su espada 
y estuvo a punto de matar a Hakuin. 
Entonces Hakuin rió y le dijo: 
`Esta es la puerta del infierno.
 Con esta espada, 
esta ira, este ego, 
acá se abre la puerta`.
Esto es lo que un guerrero puede entender. 
El samurai entendió inmediatamente. 
Volvió a poner la espada en su vaina
y Hakuin dijo: 
`Acá se abren las puertas del cielo`.

El infierno y el cielo están dentro de ti. Ambas puertas están dentro de ti. Cuando te conduces inconscientemente, allí está la puerta del infierno; cuando estás alerta y consciente, allí está la puerta del cielo.
La mente es el cielo, la mente es el infierno, y la mente tiene la capacidad de convertirse en ambos. Pero la gente continúa creyendo que todo se halla en algún lugar afuera.

El cielo y el infierno no están al final de la vida, están aquí y ahora. A cada momento se abre la puerta, en un solo instante puedes ir del infierno al cielo, del cielo al infierno.

Cuento Zen. 
Versión de Osho

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