domingo, 10 de marzo de 2013

Una nueva Comunicación, N. D. Walsch.



Vamos a cambiar la palabra hablar por la palabra comunicarse. Es un término mucho mejor; resulta más completo y más apropiado. Cuando tratamos de hablar a otros - tú a Mí, Yo a ti -, inmediatamente nos vemos restringidos por la increíble limitación de las palabras. Por esta razón, no me comunico únicamente con palabras. En realidad, rara vez lo hago. Mi modo usual de comunicarme es por medio del sentimiento. 
El sentimiento es el lenguaje del alma.
Si quieres saber hasta que punto algo es cierto para ti, presta atención a lo que sientes al respecto
A veces los sentimientos son difíciles de descubrir, y con frecuencia aún más difíciles de reconocer. Sin embargo, en tus más profundos sentimientos se oculta tu más alta verdad. El truco está en llegar a dichos sentimientos. 
El pensamiento y los sentimientos no son lo mismo, aunque pueden darse al mismo tiempo. Al comunicarme con el pensamiento, a menudo utilizo imágenes. Por ello, los pensamientos resultan más efectivos como herramientas de comunicación que las mismas palabras. Además de los sentimientos y pensamientos, utilizo también el vehículo de la experiencia, que es un magnífico medio de comunicación. Y finalmente, cuando fallan los sentimientos, los pensamientos y la experiencia, utilizo las palabras. 
En realidad, las palabras resultan el medio de comunicación menos eficaz. Están más sujetas a interpretaciones equivocadas, y muy a menudo a malentendidos.¿Y eso por qué? Pues debido a lo que son las palabras. Éstas son simplemente expresiones: ruidos que expresan sentimientos, pensamientos y experiencia. Son símbolos. Signos. Insignias. No son la verdad. No son el objeto real. Las palabras le pueden ayudar a uno a entender algo. La experiencia le permite conocerlo. Sin embargo, hay algunas cosas que uno no puede experimentar. Por eso existen otras herramientas de conocimiento: son los llamados sentimientos; y también los pensamientos. 
Se le da tan poco valor a la experiencia que, cuando la experiencia difiere de lo que se ha oído, automáticamente se desecha la experiencia y te quedas con las palabras, cuando debería ser precisamente lo contrario.
Tu experiencia y tus sentimientos sobre algo representan lo que efectiva e intuitivamente sabes acerca de ello. 
Las palabras únicamente pueden aspirar a simbolizar lo que sabes, y a menudo pueden confundirlo.

Del libro "Conversaciones con Dios"....

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