Me llamo Jesús, tengo 40 años recién cumplidos
y un hijo de 8 meses y medio.
Soy un padre Asperger
y la vida se me hace cada día tan dura
como maravillosa.
He pasado toda mi vida intentando adaptarme, encajar, sentirme “normal” y en ese camino he hecho apenas 3 o 4 amigos verdaderos, miles de buenos conocidos, he destrozado otro montón de amistades y nunca entendí qué hacía mal. De hecho, ese fue el motivo de mi primera consulta al psiquiatra en la edad adulta. Me iba quedando solo allá donde iba. Yo soy ese tipo de persona que odias o adoras en los primeros cinco minutos pero del que te acabas alejando sí o sí tarde o temprano si me ves con cierta asiduidad. Siempre he repetido de forma inconsciente el mismo ciclo. Conocía a alguien, nos hacíamos íntimos amigos, compartíamos miles de horas, secretos, vivencias y un buen día todo se acababa y de la peor forma posible. ¿Por qué? Supongo que porque soy así de intenso, de obsesivo, de cerrado, porque hablo sin medir las palabras y porque exigía sin darme cuenta a la otra persona las mismas pautas obsesivas de comportamiento que yo tenía.
En cuanto a las chicas, nunca tuve problema en “ligar”. Mi estrategia era muy sencilla. Yo soy incapaz de acercarme a una chica y hablar con ella de primeras así que lo que hacía era mostrar a su lado mis virtudes (tocar la guitarra, cantar, exponer un montón de conocimientos de escasa relevancia pero de bastante cultura general), hacerme el interesante y esperar a ver que pasaba. El caso es que en los 90 ser un rockero atormentado y marginal estaba bien visto por las chicas y eso jugó bastante a mi favor. No es una estrategia muy pulida, lo sé, pero por algún motivo funcionaba.
Pero en mis relaciones sentimentales todo se iba al traste una y otra vez. Soy obsesivo, tengo muchas manías, odio que cambien mis rutinas. No me gustan las visitas, hablo muy exaltado, contesto de malas formas. siempre desayuno lo mismo, sentado en el mismo sitio, no permito que nadie más coma ahí o que dejen migas de pan en la mesa (eso me enferma) y un largo etcétera de excentricidades que no todo el mundo está dispuesto a tolerar cuando se pasa la etapa del “enamoramiento” y llega la de la estabilidad.
En cuanto a las chicas, nunca tuve problema en “ligar”. Mi estrategia era muy sencilla. Yo soy incapaz de acercarme a una chica y hablar con ella de primeras así que lo que hacía era mostrar a su lado mis virtudes (tocar la guitarra, cantar, exponer un montón de conocimientos de escasa relevancia pero de bastante cultura general), hacerme el interesante y esperar a ver que pasaba. El caso es que en los 90 ser un rockero atormentado y marginal estaba bien visto por las chicas y eso jugó bastante a mi favor. No es una estrategia muy pulida, lo sé, pero por algún motivo funcionaba.
Pero en mis relaciones sentimentales todo se iba al traste una y otra vez. Soy obsesivo, tengo muchas manías, odio que cambien mis rutinas. No me gustan las visitas, hablo muy exaltado, contesto de malas formas. siempre desayuno lo mismo, sentado en el mismo sitio, no permito que nadie más coma ahí o que dejen migas de pan en la mesa (eso me enferma) y un largo etcétera de excentricidades que no todo el mundo está dispuesto a tolerar cuando se pasa la etapa del “enamoramiento” y llega la de la estabilidad.
En otras ocasiones era yo mismo el que no sabía adaptarse y me agobiaba o me aburría aunque intentara luchar con todas mis fuerzas contra esos sentimientos.
Hasta que llegó una persona que sí entendió por qué hago así las cosas, quiso ver más allá y estuvo dispuesta a tener paciencia y tolerarme (por ahora) y fruto de esta relación nació hace algo más de 8 meses mi pequeño Pedro Luis, un día 25 de Diciembre después de un larguísimo parto de 15 horas… Y el mundo, tal y como lo conocía, cambió para siempre: De pronto me convertí en padre…
Yo, padre de esa pequeña criatura que no tuve valor de coger entre mis brazos hasta pasados unos días por miedo a hacerle daño. He leído mucho acerca de mi trastorno, qué es el Asperger, niños con Asperger, adultos con Asperger. Pero ningún artículo me había preparado para ser un padre con Asperger.
Hace ocho meses inicié la que es sin duda la experiencia más difícil de mi vida y aquí estoy, dando cada día pequeñísimos pasos que me llevan a entender a ese niño que me mira y cuando su pupila hace contacto con la mía el tiempo se para y no entiendo cómo la vida ha premiado a un idiota como yo con algo tan perfecto y maravilloso. Además, mi pareja trabaja por las tardes por lo que después de almorzar se marcha y eso hace que me quede solo hasta la noche con un niño que depende exclusivamente de mí y de mis decisiones. Aterrador.
Los primeros días fueron horribles. Pedro Luis y yo no conectábamos. Lloraba y lloraba, se quejaba, cada llanto era como un millón de agujas clavándose en mi cerebro, mi nivel de ansiedad subía y subía. Biberón de leche, biberón del agua, paseos, carro, pañal. ¿Qué te pasa pequeño? ¿qué quieres? ¿qué necesitas?. No había orden, sólo caos y ruido, mucho ruido. Debo decir que lo pasaba francamente mal.
Amo a Pedro Luis con toda mi vida y eso es el pilar más fuerte en el que alguien puede apoyarse. Ahora, cada día, me comunico un poco más con él. Comienzo a entender poco a poco sus gestos, sus expresiones, las cosas que le gustan y las que no y vamos estableciendo nuestra propia rutina. Una rutina conjunta que me permite estructurar la tarde, dividirla en ciclos de tiempo y actividades y resolver de forma independiente los problemas de cada ciclo horario. Así, sé que le gusta dormir de 16:00 a 17:00 (ciclo resuelto), a las 17:00 le gusta comer un poco y jugar en su parque. A las 18:00 me lo pongo en el marsupial y nos vamos al parque a ver a los niños que juegan en los columpios. Con suerte a las 19:00, cuando nos volvemos a casa, decide echarse otra siestecita y de 19:30 a 22:30 aún vivimos en el caos. Pero sé que si he logrado dominar la primera parte de la tarde, puedo conseguir lo mismo con el resto de las horas.
Yo trabajo en casa. Soy community manager. Llevo redes sociales de empresas y tengo millones de seguidores en mis propias páginas de Facebook. He logrado crearme un mundo profesional acorde a mis necesidades, a mis carencias y a mis aptitudes. Tengo una familia a la que amo y ahora un hijo que me está enseñando en 8 meses a ser más persona de lo que había aprendido a ser en 40 años.
Lo que trato de decir con esto es que si yo he podido, tú también puedes. Tus hijos cuando crezcan también podrán y cualquier persona con Asperger puede.
Fuente: http://soyasperger.com/soy-padre-y-soy-asperger