domingo, 24 de septiembre de 2017

"Tener una Actitud Positiva es una Decisión Consciente"



"Se puede despojar de todo a un ser humano. Lo único que no se le puede arrebatar es la última de sus libertades: la elección de la actitud que decide tomar ante cualquier circunstancia"  Viktor Frankl

La Actitud Positiva es una Decisión 

La actitud positiva no es algo con lo que naces. Esta actitud se desarrolla gracias a nuestras experiencias y nuestra forma de pensar, sentir y comportarnos acerca de ellas. Tampoco es algo con lo que te despiertas o no cada día. 

Tener buena actitud no es una eventualidad, es una decisión consciente y, por tanto, es tu responsabilidad hacer que nazca, crezca y se reproduzca en tu vida.
Tú no puedes controlar todas las cosas que pasan en tu vida, pero sí que puedes controlar la forma en la que respondes ante ellas. Esta es la diferencia entre el éxito y el fracaso, entre bienestar y malestar. 
En tus manos está el poder de cambiar la forma en la que reaccionas ante las cosas negativas. No se trata de ignorarlas, sino de aprender de ellas.
Tampoco se trata de reprimir tus sentimientos o pensamientos cuando las cosas no andan bien. Lo que debes evaluar es si tus respuestas son coherentes con lo que te pasa. 
A veces nos ahogamos en un vaso de agua porque no vemos el cuadro completo. En otras ocasiones, racionalizamos y pensamos demasiado, haciendo que nuestra mente se sobrecargue por algo que no merece tal importancia. En otras circunstancias, dejamos que nuestras emociones determinen nuestros pensamientos y nuestras acciones al punto de que no pensamos las cosas con "la cabeza fría".
Así, nos vemos inundados por emociones y pensamientos que, en lugar de permitirnos afrontar un problema, nos lo agrandan. 
Luego de que reconocemos que la actitud es nuestra responsabilidad, resta hacerla positiva momento a momento. Este es un trabajo arduo al principio, pero a medida que se convierta en un hábito, se te hará cada vez más fácil.


Aprende de las personas positivas y optimistas

Cuando escuchamos un gran orador motivacional que es capaz de contagiarnos de emociones positivas no podemos evitar sentirnos renovados, con un poco más de energía, con un poco más de motivación. Tanta es la habilidad de estas personas para despertar emociones positivas y transmitirlas al público, que algunos se vuelven adictos a este tipo de conferencias y discursos.
Las personas que tienen una actitud positiva, y que son capaces de conservarla a pesar de las vicisitudes de la vida, se ganan nuestra admiración casi de inmediato. Y las admiramos precisamente porque nos gustaría tener esas mismas cualidades.
Aunque observarlas y seguirlas es el primer paso para desarrollar esta habilidad, tenemos que comenzar a trabajar en lo cotidiano, como ante el transporte público cáotico y lento, la falta de cultura ciudadana, las discusiones familiares, las decepciones personales, etc.
Todos nosotros necesitamos una persona con carisma en nuestras vidas. Por eso amamos a las personas que son encantadoras: porque tienen una actitud desbordante, alegre, descomplicada; porque nos muestran que las cosas no son tan malas. Las personas encantadoras son también persuasivas: su poder de influencia está determinado por su positivismo y por su energía.
Cuando nos enfrentamos a una situación ambigua, en la que no estamos seguros de lo que debemos hacer, recurrimos a nuestros líderes, a las personas que mantienen la calma y no se dejan llevar por las emociones y los pensamientos negativos, sino que se concentran en una solución. Las personas con buena actitud son confiables.
Imagina lo que pasaría en tu vida si las personas pudieran reconocer estas capacidades en ti: lograrías ejercer un poder que no se obtiene con el dinero ni con el conocimiento.
¿No sería sensacional adoptar una actitud positiva para contagiar a los demás con el simple hecho de entrar en contacto con esas personas?
¿Acaso no es deseable que nuestra actitud positiva se vea recompensada cuando nos llega duplicada o triplicada de vuelta?
Existen cientos de libros y miles de páginas de internet dedicadas a explicar por qué una actitud positiva es la mejor herramienta para tu éxito. No obstante, no pretendo detenerme en todos y cada uno de estos aspectos por ahora.
Tan solo quiero que pienses un poco en la manera en la que serías percibido si tuvieras siempre la actitud adecuada. Sin duda alguna, serías influyente, las personas querrían estar contigo y escucharte. Contagiarías a los demás de una manera positiva y las personas estarían encantadas de recompensarte de una y mil maneras por ello.
La decisión de tener una buena actitud es simplemente una que se toma por conveniencia. Es lo mejor que podemos hacer para nuestro bien.

Aprende de las personas negativas y pesimistas

El caso contrario ocurre cuando queremos alejarnos de personas que son difíciles de agradar y complacer, que tienen una actitud derrotista, que son inconformistas y que no encuentran motivos para sentirse bien o hacer sentir bien a los demás.
Seguramente conoces a alguien con este perfil. Esa persona que siempre se está quejando, para quien nunca nada es suficientemente bueno, que siempre encuentra el lado negativo a todo lo que sucede. 
Cuando preguntas por su estado de ánimo, con un simple "Hola, ¿Cómo estás?", responde de alguna de las siguientes maneras:
  • Podría estar peor.
  • Como siempre.
  • Más o menos.
  • Mejor ni pregunte.
  • Supongo que bien.
  • Ya sabe, nunca faltan los problemas.
  • He tenido días mejores.
  • "Estoy", ya es algo.
  • Cansado del clima.
  • Fastidiado con tanto calor.
  • Fastidiado con esta lluvia.
¿Cómo te sientes tú después de oír una respuesta así? ¿Cómo crees que se siente esa persona al decirlo?
Las personas pesimistas no tienen ese magnetismo que nos hace sentir atraídos. Por el contrario, nos repelen. Tratamos de rehuir a estas personas porque tienen el poder de desanimarnos.
Todos nosotros nos hemos sentido mal o hemos tenido días terribles. Sin embargo, el truco está en la forma en que describimos y comunicamos nuestros estados de ánimo. Hay que entender la importancia de las palabras con las que estamos alimentando nuestras emociones.
Comencemos a pensar y hablar en positivo para cambiar nuestras emociones. 
Fíjate en el impacto que tienen las siguientes afirmaciones en ti, independientemente de tu estado de ánimo actual. Imagina que estas son tus respuestas el día de mañana cuando te pregunten cómo te va:
  • Estoy excelente.
  • Cada día mejor.
  • Positivo. Animado. Con mucha energía. 
  • Muy bien. Hoy es un estupendo día.
  • Me encuentro muy motivado.
  • Genial. Hoy es otra oportunidad para disfrutar las cosas buenas de mi vida.
  • Me encantan los días lluviosos.
  • Me parecen fantásticos los días soleados.
Para Hacer
  • Elabora una lista de los eventos de tu vida en los que tener una buena actitud te facilitó las cosas.
  • Piensa en una persona que se caracterice por su actitud positiva. Pregúntale acerca de los métodos que utiliza para mantener esa actitud.
  • Escribe 3 razones por las que debes sentirte bien a pesar de los problemas en tu vida.
  • Identifica 3 cosas que hacen que tu actitud mejore. Piensa cómo puedes potenciarlas.

"Nunca un pesimista ha descubierto los secretos de las estrellas, ni ha navegado hacia tierras inexploradas, ni ha ofrecido un nuevo cielo al espíritu humano" Hellen Keller


Fuente: http://tucambioesahora.blogspot.cl/2014/10/actitud-positiva-tu-decides.html

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