lunes, 24 de junio de 2019

"Nosotros", Eduardo Grecco


Cuando dos amantes se unen, dos familias se enlazan. A partir de este hecho fundante comparten ancestros. 
Ya no es tu familia o la mía sino la nuestra, ya no es la tierra de tus ancestros o la de los míos, sino el hogar original de todos los nuestros. 
No se trata de tomar los tuyos y que tu tomes los míos, como si fuera un acto voluntario o una decisión sopesada de la mente. 
No es ese el camino recorrido ni la intención que alienta el deseo del nosotros. "Nuestros", es un espacio que preexiste a nuestra encarnadura y la trasciende. 
Nuestra labor consiste en dar visibilidad a este encuentro. Aunque no lo tengamos consciente, la realidad es que nuestros ancestros proveyeron el que tú me vieras y yo te viera. Y, aquí estamos, entonces, haciendo de la genealogía una historia y de la sexualidad un acuerdo de almas. 
Y creemos que esa historia es la nuestra pero, en verdad, lo que hacemos es actualizar un mito que delinearon los ancestros. A pesar de ello, no se trata de un movimiento circular o de una conversación repetida, sino de un angelado acto creativo. 
Son los mismos hilos en otro tejido enhebrado con un mismo telar y, sin embargo, una obra nueva. 
Así, no hay que dejar de tener presente que "Nosotros" es un pronombre donde se entrelazan sangre, tiempos y dispares geografías. Narraciones del pasado vivo transformado en nube de posibilidades del ahora. 
En el "nosotros" no hay nada casual, pero si muchas coincidencias significativas. No acerca de lo mío, lo tuyo, lo suyo, lo de vosotros o de ellos, sino de lo nuestro. 
Siente como en cada nosotros danzan los ancestros que nos reunieron antes de habernos conocido. Y, si no hay danza es por la sencilla razón de que no hay nosotros. Falta alma y sin alma se carece del cincel de los ancestros "nuestros". Tal vez, por el motivo de que Sweet Chestnut es el destino arquetípico de morir para resucitar que alienta la vida humana, que Mustard empuja al Yo a penetrar en las honduras de la sombra de las memorias familiares. Ni las tuyas ni las mías, las nuestras. 

Para ver el artículo original

domingo, 16 de junio de 2019

Cultivar la calma para enfrentar la frustración: una enseñanza Zen


Conocerse a uno mismo es la única vía
 para no dejarse gobernar por el exterior
 (y sus intentos de frustrarnos).

La frustración florece cuando nos sentimos atados a algo que no responde a nuestras necesidades, y más aún, cuando ese algo sale mal. Pero ante todo, se trata de una emoción que surge cuando nos dejamos dominar por acontecimientos externos, sobre los cuáles no tenemos un control total –como quisiéramos–.
Por eso, no hay nada más importante que cultivar la calma y la paz constantemente, de manera que éstas florezcan en momentos de frustración y podamos navegar sobre tablas de resistencia las oleadas de aquello que no podemos controlar.

Kodo Sawaki fue un itinerante conocedor y divulgador del zen japonés que, si algo sabía, era cómo deshacerse de las cadenas del mundo material. Entre sus enseñanzas están las recolectadas en los extractos de 
The Dharma of “homless Kôdô”. Ahí podemos hallar algunas pistas sobre cómo eliminar los pensamientos obsesivos que nos hacen presa de la frustración, empezando por la necesidad primigenia que para ello tiene el “regresar a uno mismo”.
Por ello, Sawaki nos dice:
Siéntate firme en el lugar, más allá de toda pregunta acerca de si eres grande o no.

¿Te imaginas poder valorar tu presente más allá de estar pensando qué tan grande eres según los estándares? Eso es lo que proponía este maestro, para quien sólo así las circunstancias se convertían en algo más que una mala excusa para nuestros fracasos. Así que, cuando estés frustrado frente a tu computadora, frente a algún trabajo o frente a alguien, sólo respira el momento y afírmate en el autoconocimiento.
Otra cuestión importante a tomar en cuenta fluye de la mano con esta constante introspección, y es la de saber que podemos trascender las circunstancias:
Actualmente, los jóvenes mafiosos y rufianes suelen decir “Mis circunstancias eran malas”, como una excusa para cuando cometen un crimen por el cual son arrestados. ¿Qué clase de circunstancias son buenas o malas? Qué pena que, a pesar de que eres un ser humano, no estás consciente de tu verdadero ser. ¡Esa sí que es una mala circunstancia!

No existen recetas mágicas para vivir una vida feliz y sin frustración. La única manera de transitar la vida, siguiendo las enseñanzas del maestro Sawaki, es cultivando el interior, la calma, y sabiendo siempre que la existencia se basa en contradicciones que nadie puede explicar. ¿De qué sirve, entonces, frustrarse? De nada. Pero es parte del camino. La pregunta es: ¿Podemos evitar frustrarnos? No. Sólo podemos cultivar la paz para evitar que nos gobierne el desasosiego que traen consigo algunos momentos.
En el libro Kodo Ancient Ways, de Kensho Furuya, encontramos una última pista sobre la importancia de evitar a toda costa que todo gire a nuestro alrededor, como única forma de evitar la frustración. Se trata de algo que Kodo Sawaki decía con regularidad: 
La mitad de lo que la gente hace en su vida no tiene sentido y es un derroche.
Podrá parecer una perspectiva negativa o desalentadora. Pero sólo así el maestro podía llegar al punto que quería. Y es demostrar que aquello de que todo depende de nuestro esfuerzo personal y que mientras más nos esforcemos mejores seremos, no es una ley de vida. De no estar al tanto de ello, la frustración será inminente y constante.
A fin de cuentas, diría el maestro Sawaki, todos nacemos desnudos. Por más nombres, ropas e insignias que nos pongan, y por más papeles y documentos que acrediten nuestra existencia, lo cierto es que seguiremos así: desnudos. Viendo la vida con esa simplicidad es indudable que la frustración –y otros sentimientos parecidos, como la ansiedad– no es sino una nube pasajera a la cual tenemos que aprender a mirar sin miedo ni despecho, ni mucho menos enojo.

¿Y cómo cultivar la calma? Sawaki lo explica en un hermoso y simple poema, “Zazen poem“. Aquí un fragmento:
Practicando el zazen calmadamente en el dojo
Haciendo a un lado los pensamientos negativos
Obteniendo nada sino una mente sin deseo
Esta dicha está más allá del paraíso.


Fuente: https://ecoosfera.com/frustracion-calma-como-lidiar-filosofia-zen-ensenanzas/

domingo, 9 de junio de 2019

"Circunvalación Sur", un Cuento sobre otra Realidad


Al día siguiente sus amigas volverían a la capital y, como despedida, José las llevaría a dar un paseo. Difícil calcular los kilómetros a recorrer, sólo decir que partieron al amanecer, justo donde comienza la carretera, cruzaron el estuario y se volvieron río arriba, recreando una circunvalación que los llevaría al punto de partida alrededor de medianoche.
Ríos como lagos, lagos como mares, mares como cielos y cielos inventados por pintores ocultos, maravillaron durante todo el viaje a Marianela y a Sole.
Cuando el sol se ponía sobre el mantel de nubes que cubría el poblado, llegaron al volcán. Un sobrecogedor atardecer y el más locuaz de los silencios los recibieron en penumbras.
Frente a un paisaje ya oscurecido, Marianela manifestó que podía percibir las almas de montañistas muertos y comenzó un ritual para enviar sus espíritus al otro mundo.
Sole la tomó del brazo para indicarle que no estaba dispuesta a compartir esa locura con ella, pero ya era tarde, Marianela emitía extraños sonidos guturales y sus palabras no lograban alcanzarla. A su lado, un José inexpresivo, imitaba sonidos y movimientos, hipnotizado.
Sole corrió al auto, y allí, atrincherada y en panorámica, los observó instalados al borde de un roquerío. Desde la majestuosidad del volcán, sutiles luces comenzaban a bajar e iban aumentando su volumen, montaña abajo, hasta convertirse en figuras humanas de luz, que se ordenaban en fila, para pasar a través de Marianela y, saltar, desvanecidas, hacia el infinito.
Un temblor de tierra y de cielo removió rocas, nubes y pensamientos mientras la nave lunar emergía desde la trastienda del volcán, iluminando el trayecto de vuelta a casa.
Como una serpiente que se muerde la cola, el viaje circular, llegaba a su fin. 

Requínoa, Otoño 2019


sábado, 4 de mayo de 2019

"Las flores de la frontera" Por Ricardo Orozco

Si clasificamos las esencias florales de Bach en el orden en el que fueron descubiertas, tenemos 3 grupos.
1º: Los 12 Curadores
2º: Los 7 ayudantes
3º: Los Últimos 19
El primer grupo está relacionado, al menos al principio de la obra de Bach, con 12 tipologías natales que conllevan un defecto a resolver y una lección a aprender, vinculada con la corrección del mencionado defecto. Una tarea del alma en “este día de escuela” terrenal llamado vida. El alma, al encarnar, se viste de carne y mente para adquirir un aprendizaje.
El segundo grupo, siempre desde los textos iniciales del Dr. Bach, está relacionado con reconducir la personalidad primitiva al camino trazado por el alma, el cual coincide con las doce personalidades anteriores.
Por último, el tercer grupo, al que Bach denomina como de flores más espiritualizadas, parece destinado a ayudarnos a transitar las dificultades, a menudo dramáticas, que nos pueden alejar del camino.
Con el paso del tiempo, y sobre todo a raíz de los misteriosos esquemas de Bach, el del “espejo” y el “circular”, se generarán interesantes teorías que, de alguna manera, proponen una estructura jerarquizada, tanto evolutiva como de tratamiento cotidiano.
Más allá de estas consideraciones, no dejan de asombrarme las primeras y últimas flores de cada grupo, las flores del límite, de una hipotética frontera, que se convierten en el interruptor de inicio y final de tres grupos bien diferenciados. Y esto tiene para mí un gran significado, porque cada flor de inicio es el motor que impulsa una tanda floral, y la última se convierte en un final, que lleva al propio Bach a creer que su sistema está terminado. No acierta cuando concluye los dos primeros grupos, pero sí cuando finaliza el tercero.
Si miramos atentamente el primer grupo, vemos que se inicia con Impatiens (1928 y 1930)1 y termina en Rock Rose (1932). Más allá de que se trate de dos tipologías, las esencias tienen un rango de actuación muy amplio en todos los seres vivientes. Se trata de dos flores que trabajan sobre funciones instintivas, de supervivencia, conectadas con circuitos de alarma (aceleración y pánico), por lo que quedarán incorporadas en lo que hoy conocemos como Rescue Remedy. Y es que esa alma inmortal encarnada en un cuerpo necesita que el frágil vestido perecedero en el que habita sobreviva a numerosos peligros y asechanzas.
Cuando el Dr. Bach prepara Rock Rose, al que inicialmente llama Rescue, cree que el sistema está completo y publica Los 12 Curadores (1932). De hecho, pasan entre 9 y 10 meses de intenso y fecundo trabajo con solo estas doce esencias, hasta la aparición del primer ayudante: Gorse (1933). Si pensamos en él nos encontramos con que, aunque uno sobreviva físicamente, puede claudicar ante las dificultades de la vida, tirar la toalla y darse por vencido, navegar a la deriva renunciando a toda participación y dejando que sea cualquier otro, acaso el azar, quien gobierne la nave.
Y precisamente puede que se trate de haber perdido el rumbo, el camino trazado por el alma, lo que nos lleva a la necesidad de una guía intuitiva. Es preciso recuperar la hoja de ruta trazada por el alma. Porque la vida tiene un sentido preciso, aunque ahora no lo entendamos y estemos a menudo tan perdidos. Por eso Bach prepara en 1934 Wild Oat, la brújula inteligente para recuperar el rumbo perdido.
Y será con esta última esencia con la que Bach dé por finalizada la búsqueda de las esencias, aunque todavía no sabe que le esperan otras 19. Se retira a la casa de Sotwell, donde espera descansar y velar para que su trabajo se consolide y difunda.
Pero las tareas del alma implican en ocasiones terribles pruebas. Y por ello no me sorprende que, en 1935, el propio Bach sufra un terrible dolor de sinusitis que lo catapulta a preparar Cherry Plum, la esencia destinada a recuperar la calma cuando uno cree que va a volverse loco. Así empezaría el dramático ciclo del tercer grupo. Recordemos que en estas últimas esencias Bach experimenta en carne propia, y de una forma maximizada, los estados que le van a llevar a encontrar la esencia precisa que ayuda a sobrellevarlos. Nora Weeks es clara en este sentido.2
Se trata así de una durísima prueba de seis meses que termina en la apoteosis, o mejor dicho el apocalipsis, de Sweet Chestnut. Y esta esencia de angustia existencial, de oscura noche del alma, explica la muerte simbólica del ego y el nacimiento de una nueva personalidad, ahora definitivamente orientada al dictado del alma. Por eso es lógico que sea Sweet Chestnut la última flor del sistema… esta vez definitivamente. Y creo que Bach es consciente de ello, puesto que sobrevive catorce meses a su última creación, trece de ellos operativo, trabajando y dictando conferencias pese a su siempre frágil salud. Podría haber preparado en esos últimos trece meses 30 esencias más, si pensamos que el método de cocimiento es más corto que el de solarización, y dado que en solo 6 meses de 1935 había obtenido 19 nuevas flores. Pero no, él se da cuenta de que Sweet Chestnut es la flor definitiva, el verdadero final de la creación y el nacimiento de un sistema completo, tal como hoy lo conocemos.
1 Inicialmente el Dr. Bach prepara Impatiens por el método homeopático, para dos años después solarizar la esencia.
2 Ver Weeks, Nora. Los Descubrimientos del Dr. Edward Bach. Lidiun. Buenos Aires, 1993/Indigo. Barcelona, 2007.

**Visita la publicación original dando click aquí**

sábado, 23 de marzo de 2019

La Templanza, "temperatura" ideal de nuestras emociones



Hace muchos años estuve practicando el Tarot de forma habitual. Supongo que esa búsqueda es natural en algún momento de la juventud, esperando encontrar  en el exterior, respuestas a nuestras más íntimas y personales interrogantes.

Cuando hacía una tirada (al igual que cuando lanzamos una moneda al aire para que decida por uno), yo pedía en silencio: que salga La Templanza, que salga La Templanza...
Lo que a mi vida le faltaba, y que anhelaba, era el concepto que escondía esa carta.

No habría sido necesario leer tanto, buscar, preguntarle al Tarot o a otra persona, habría bastado con mirarme y darme cuenta de que lo que no había en mí, era un equilibrio.
Al mirar la carta sentía una quietud, una serenidad que no conocía en mi vida cotidiana. Cuando mucho, la alcanzaba al escribir, al leer un bello poema o al escuchar ciertas piezas musicales.

"El término Templanza viene del latín "tempetantia" y éste del verbo "temperare" (en origen, atemperar, hacer que algo modere su temperatura, con arreglo al tiempo, también "moderar"), es una cualidad humana que consiste en actuar o hablar de forma cautelosa y justa, con sobriedad, con moderación o continencia para evitar daños, dificultades e inconvenientes..." (
https://www.significados.com/templanza/)


En el libro "La vía del Tarot", de Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa, encontramos lo siguiente:

"La Templanza, el número XIIII, representa un ángel. Esta carta llega después del trabajo en profundidad del Arcano XIII, que ha eliminado lo inútil y creado el vacío necesario para el restablecimiento de la circulación interior. Ha llegado el tiempo de la paz y de la salud. Vemos que este ángel está arraigado en la tierra y no vuela, aunque sus alas azul cielo se lo permitan. Templanza ha superado lo carnal, puede volar hasta regiones muy sutiles. 
La mirada y el cabello de Templanza están llenos de luz divina, y la flor roja de cinco pétalos que se abre sobre su cabeza nos indica que lleva la quintaesencia. Sus pensamientos se manifiestan bajo forma de maravilloso perfume, más allá de la palabra. Pero hemos visto que este ángel está arraigado en la tierra. A sus  pies se entrelazan, se acarician, dos serpientes: Templanza ha asumido todas las energías telúricas y ha dominado su libido. Las dos serpientes son los polos sexuales, lo masculino y lo femenino del tantra, o los dos nadir Ida y Píngala que se entrelazan desde la base de la columna vertebral para convertirse en uno solo, elevándose hasta las alas celestes del ángel. 
El ángel crece sobre la potencia de su sexualidad; la fuerza animal sublimada se ve de nuevo en la energía celeste y espiritual de su cabello amarillo. Los cuatro pequeños triángulos amarillos en su pecho evocan los cuatro centros del ser humano: el intelectual, el emocional, el sexual y el corporal. Estos centros no se comunican entre sí, están yuxtapuestos, cada uno con su propia ley. Pero encima aparece un círculo amarillo, símbolo de la perfección, donde se inscribe en hueco un triángulo que permite a cada uno de los elementos encajarse perfectamente en él. Es la quinta esencia, el ser esencial que hay en nosotros, que comunica con cada uno de los cuatro centros y permite la armonía del ser humano. Asimismo, se distingue en el pecho del ángel una mano, símbolo de suerte y de paz: su corazón irradia caridad. Templanza hace que se comuniquen entre sí las energías, los fluidos. Podría decirse que atenúa las pasiones. Por su acción, ya no hay energías opuestas, ya no hay contrarios, sólo complementarios: es el secreto del equilibrio. Templanza indica el restablecimiento de la salud, el equilibrio mental y emocional, el control de las pasiones no por represión, sino mediante la sublimación. Cuando se saca esta carta, se recibe un mensaje de pacificación: «Encuentra el centro, tu péndulo vital debe apartarse de los extremos, pasa por la vía del medio». Debajo de su traje, aparece la punta de su zapato, una de las pocas manchas moradas del Tarot. Este pie angélico también está templado: es la mezcla del rojo activo y del azul receptivo que comparten el cuerpo de Templanza. Se comprende entonces que por dentro, bajo sus vestiduras, el ángel es morado: ha realizado la unión de lo positivo y de lo negativo, de lo activo y de lo pasivo... "

 


(¿Habrá relación entre la palabra "Templanza" y los Templarios, guardadores del Santo Grial?).

Mi primer acercamiento a la palabra, se remonta a mi niñez, cuando mi madre hablaba de "agua templada" al momento del baño de tina. Y lo comprendía perfectamente. No había que tomar un curso ni que viniera alguien a decirme cuándo el agua estaba templada. Bastaba con la experiencia directa: tocaba el agua y sabía, de inmediato, si había que sacarle o ponerle calor.

En nuestro "quehacer emocional" no resulta tan fácil reconocer el equilibrio, y actuar de acuerdo a él, como meter la mano en nuestro interior y percibir la "temperatura exacta".

En lo personal, las Flores de Bach me acompañaron durante el viaje en busca de ese aprendizaje. Hoy puedo "meter la mano en las aguas de mi ser y comprender con exactitud cuándo mis emociones se encuentran templadas" o, por el contrario, percibir que estoy en desequilibrio y dejarme, una vez más, ayudar por la sabiduría que nos entrega la naturaleza.


Sandra, Requínoa 2016

lunes, 11 de febrero de 2019

"La Experiencia de la propia Conciencia". Wayne Dyer


¿Qué experimentará cuando haya respondido al reto de mirar hacia el interior y vivir según las directrices de su yo espiritual? 
No desarrollará de modo repentino nuevos talentos e intereses. No obstante, tendrá un nivel de conciencia que le permitirá ver cosas que han estado ocultas. Esta comprensión le proporcionará una sensación de paz y satisfacción interior. 
La experiencia de la propia conciencia no es algo que se pueda obtener del mundo físico. Pero sus interacciones con el mundo físico se verán alteradas de forma espectacular cuando la adquiera. 
Será capaz de manifestar con precisión qué necesita del mundo físico. Participará en la creación de lo que su yo interno sabe que es necesario para la búsqueda sagrada. 
Esta comunicación con su yo interno le llevará a nuevos grados de conciencia superior.

Vivirá los siguientes cambios derivados de la Conciencia Superior
y se convertirán en parte de su vida diaria:
  1. Experimentará e intensificará el significado de la conciencia. Se dará cuenta de que en este sistema inteligente no existen los accidentes. Comprenderá que todo lo presente en su vida tiene algo nuevo que enseñarle. Apreciará a todas las personas y todas las cosas de su vida. Al saber que no existen las coincidencias, comenzará a confiar en esa sensación de que los acontecimientos en apariencia desconectados tienen un significado. Incluso empezará a crear esas situaciones cuando las necesite. Se sentirá ante el destino como un igual, en lugar de una víctima del mismo. 
  2. Descubrirá la existencia de una fuente universal de energía. Usted tendrá fe en esa fuente universal de energía. Comenzará a ejercitar su capacidad de establecer contacto con esta fuente y a convertirla en par te de su vida cotidiana. Desarrollará un profundo conocimiento sobre la energía divina y su capacidad para acceder a esa energía. Será incapaz de abrigar ninguna duda acerca de la fuente universal de energía. Comprenderá que todos los seres son parte de ella y que ésta es lo que les anima. No tendrá duda de que todas las debilidades y falsedades se derivan de la negativa a reconocer estos hechos. 
  3. Se sentirá amado. Pedirá y aceptará la guía de Dios. Esta vital nutrición espiritual la percibirá tanto en sus experiencias internas como externas. El miedo inmovilizador disminuye al sentir la presencia de la energía divina. Todo parece ser como debe ser, a pesar de que puede que no lo entienda. Se sentirá en paz respecto de lo que ve y lo que siente. Sus deseos de enmendar y reparar los errores de su vida también forman parte de este plan divino. Buscará satisfacer sus deseos para servir a Dios y a la humanidad con lucidez y ánimo de paz. 
  4. Desarrollará sus sentimientos de respeto y estima. Comenzará a ver la belleza, y a sentirse que le embarga un sentimiento de respeto ante la magnificencia del universo. Estimar la belleza es en realidad la sensación de amor que se experimenta cuando se está conectado con lo divino. Ese amor le llenará con una nueva sensación de fortaleza. Al centrar su energía interna en la belleza que le rodea, recibirá esa energía. Con la práctica, este tipo de receptividad se transformará en una fuente de sustento en su vida diaria. 
  5. Se sentirá conectado con todos. Al transformarse su yo superior en la fuerza dominante de su vida, se volverá cada vez más consciente de su vinculación con los demás. Al igual que usted puede observar millares de flores con diferentes tonalidades originadas por el mismo haz de luz, podrá observar también muchos matices y formas distintas en personas, con lenguas, costumbres e ideas políticas, todas originadas en una sola esencia. Una luz, muchos colores. Una esencia, muchas manifestaciones físicas. Esto no será una mera percepción filosófica. Será una forma de vida. Sentirá que cualquier cosa que sea destructiva para un ser humano es destructiva para todos. Sabrá que la esencia o fuerza vital que fluye a 28 29 través de usted, fluye a través de todo. Esta conciencia superior le llevará a la conclusión a la que llegó el Mahatma Gandhi: «Dios no tiene religión». Esa conciencia le proporcionará la energía del amor, la cual nos ayudará a unirnos a todos. 
  6. Establecerá una nueva relación con la realidad. Cuando su alma se convierta en la fuerza que guíe su vida, romperá la relación habitual con la realidad. Los límites de su percepción se ampliarán para incluir otro mundo que coexiste con el nuestro. Sabrá que los límites existen en la medida en que el orden social define nuestras vidas. Trascenderá el orden social y romperá esa caduca relación una vez que haya transformado su realidad personal. Cuando descubra que es ilimitado, diferentes opciones comenzarán a nacer, hijas del conocimiento ilimitado que reside en su interior. Ya no creerá ni siquiera en las suposiciones de más sólida apariencia sobre sí mismo y lo que le rodea. Sabrá que todos los «poderes» que se les reconocen a los maestros espirituales están dentro de usted. Sus niveles de conciencia cambiarán de un modo tan espectacular que ya no se sentirá limitado por la realidad de la mayoría. 
  7. Experimentará la entrega y la aceptación. Finalmente dejará de luchar y se limitará a dejarse ir, a pesar de que no consiga entender por qué acontecen tantas cosas que no están de acuerdo con la forma en que usted orquestaría el universo. Aceptará que Dios sabe lo que está haciendo. Este proceso le transformará, será más eficaz en su búsqueda. Ya no juzgará a Dios. Por el contrario, sabrá que éste es un sistema inteligente. Los huracanes, los tornados, las muertes accidentales, el delito y la pobreza serán vistos como partes de este plan divino de la misma forma que lo son los días nublados, los mares en calma, la compasión, la prosperidad y la plácida muerte. Su deseo por mejorar las condiciones también participa de ese plan. Trabajará en ello, en lugar de centrarse en por qué son «erróneas» esas condiciones. 
  8. Se convertirá en un soñador despierto. Su mayor conciencia se lo permitirá. Todo lo que sea capaz de conseguir cuando sueña será posible cuando esté despierto. El poder de su mente para dar forma a lo que antes sólo podía ocurrir en sueños, comenzará a constituir su realidad en estado de vigilia. En sueños, cuando quiere examinar en detalle un objeto no tiene 30 que acercarse a él: atrae el objeto hacia usted con el poder de su energía interior. Con la misma energía, comenzará a dar forma a objetos o realidades en su estado de conciencia de vigilia. Comenzará a poder desplazarse por el tiempo, crear los personajes que necesita la obra de su vida, a comunicarse con los difuntos, a estar en más de un sitio a la vez, a hacerse invisible, a conseguir parecer más viejo o más joven, y todos los otros «trucos» de los que disfruta en sus sueños. Algunas personas necesitan toda una vida para aprender a convertirse en un soñador despierto. Con su consciencia superior y la guía de su yo más noble, se convertirá en uno de esos soñadores despiertos. 
  9. Conocerá el poder y el éxtasis del silencio. Descubrirá que cuando «guarda silencio» entra en uno de los lugares más sagrados que puedan existir. Un momento de silencio es el más alto honor que podemos hacerle a alguien. Descubrirá que también es el más alto honor que puede hacerse a sí mismo. Como escribió Herman Melville: «El silencio es la única voz de nuestro Dios... A todas las cosas y emociones profundas las precede y acompaña el silencio». Se apartará de la vida «ruidosa» y buscará el silencio. La oración y la meditación serán parte integral de su vida. Las respuestas que busca, la guía que necesita, la ayuda que requiere, aparecerán mientras practique el silencio como un modo de honrar su verdadero yo. Será capaz de vivir estos momentos preciosos a voluntad. El ruido y la agitación serán incapaces de penetrar en su silencio. Entre el tráfico, en medio de tensas reuniones, durante ejercicios de competición, en casa, con sus hijos jugando y haciendo escándalo... será capaz de acceder a su propio silencio y saber qué quería decir Melville cuando escribió: «El silencio es la consagración general del universo. El silencio es la invisible imposición de las manos del divino pontífice sobre el mundo». Ésta será su realidad una vez lograda una mayor conciencia en su vida. 
  10. Sabrá que hay una solución espiritual para cada problema. En el reino del espíritu encontrará las respuestas para las dificultades. Su yo superior tiene la solución, con independencia de lo insoluble que pueda parecer el problema. Los problemas como la adicción a las drogas, la comida y el alcohol tienen soluciones en su yo superior. Al entrar en su interior verá su excesivo deseo de algo externo como un mal refugio ante el dolor, Cuando comience a disfrutar del placer y alborozo por dirigir la mirada hacia su interior, el deseo y la necesidad de lo externo desaparecerà Cuando empiece a conseguir un equilibrio perfecto al estar en paz, al escuchar su cuerpo, la pulsión de comer en exceso o ser indolente ya no gobernará su vida. Cada problema —ya sea en una relación amorosa, económica o se refiera a la salud o la imagen personal— tiene una soluciòn en su yo superior. Cuando esté en paz, goce del silencio, medite y escuche, escuche a Dios; se apartará de lo mundano y se encaminará hacia lo divino de su interior. Sabrá lo que necesita hacer. 
  11. Pasará de adquirir a compartir. En este superior estado de conciencia pasará de los deseos personales a preguntarse: «¿Cómo puedo ser de ayuda?». En lugar de centrarse en lo que puede obtener, le guiará el deseo de ayudar a satisfacer las necesidades de otros. Lo paradójico de esto es que entonces comenzará a ver que la abundancia afluye a su propia vida. Deseará menos y sin embargo se sentirá más satisfecho. Apartará la atención de sí mismo y obtendrá placer al ayudar a los otros. Necesitará menos, querrá menos y se sentirá menos atraído por la adquisición y la posesión. Sabrá lo que quiso decir Albert Schweitzer cuando escribió estas palabras: «Cada hombre tiene que buscar por sus propios medios que su propio yo sea más noble, y para darse cuenta de cuál es su verdadero y propio valor. Tiene que dedicarle un poco de tiempo a sus semejantes. Aunque sea poca cosa, présteles ayuda, haga algo por ellos, algo por lo que no recibirá más que el privilegio de hacerlo. Porque recuerde, usted no vive sólo en el mundo. También están aquí sus hermanos». 
  12. Vivirá de manera auténtica. Ya no tendrá ninguna dificultad para ser usted mismo. Sabrá que una existencia vivida de modo auténtico conduce a la verdad universal y a una superior conciencia. Se aceptará al saber que cualesquiera que sean sus actos en el pasado, incluso los que puedan haber sido destructivos e inmorales, fueron una parte de quien era en esa época y contenían grandes lecciones. Será capaz de decir con convicción: «Soy lo que soy». Mientras que a algunas de las personas que están cerca de usted esto podría resultarles difícil de aceptar, ya no será capaz de actuar en contra de sus ideas. Cada vez le resultará más fácil escuchar sin estar a la defensiva, porque su conocimiento interior será grande y satisfactorio. Vivirá su exis- tencia de forma auténtica: cumplirá el objetivo que tenía para estar aquí, sabiendo que «la vida pone exámenes» y aprendiendo de aquellos que suspendió. Su autenticidad se basará en el descubrimiento de que no puede emular a otras personas, y a pesar de eso ser sincero consigo mismo y con Dios. 
  13. La alegría será su estado natural. Accederá a un conocimiento interno plácido, como un tibio fluido que corre por dentro de usted. Descubrirá que la alegría es un estado natural y que puede alcanzarse sin recurrir a sustancias. La alegría es un estado de gracia, y un estado de autosuficiencia. Es una conexión con Dios, una conexión con la verdad universal. La ale- gría, el contento, le proporciona la sensación de tener un propósito. 
  14. Enjuiciará menos y será más magnánimo. La conciencia superior anulará sus tendencias enjuiciadoras. Comenzará a ver que juzgar a los demás no los define a ellos, sino que le define a usted. En consecuencia, se sentirá menos inclinado a juzgar a las personas o las cosas. Aceptará que los otros recorren su propio sendero. Aquello de ellos que antes le irritaba, se convertirá en el reflejo de una parte de usted mismo. Como lo expresó Carl Jung: «Todo lo que nos irrita de los de- más puede conducirnos a un entendimiento de nosotros mismos». Será capaz de verlo todo de esta forma no enjuiciadora. Aprenderá lecciones por las que se sentirá agradecido. Por eso, le resultará bastante fácil reconciliarse con el perdón. Sabrá que aquello percibido como «erróneo» era divinamente correcto. La ausencia de crítica y la capacidad para perdonar aportarán una nueva serenidad a su vida. También comenzará a perdonarse a sí mismo. Verá los errores como lecciones. Esto le liberará hacerse reproches a sí mismo. Ha tomado la decisión de ser libre.
De el libro "Tus Zonas Sagradas", primera parte "Prepararse para el trascendental  Viaje"