lunes, 24 de junio de 2019

"Nosotros", Eduardo Grecco


Cuando dos amantes se unen, dos familias se enlazan. A partir de este hecho fundante comparten ancestros. 
Ya no es tu familia o la mía sino la nuestra, ya no es la tierra de tus ancestros o la de los míos, sino el hogar original de todos los nuestros. 
No se trata de tomar los tuyos y que tu tomes los míos, como si fuera un acto voluntario o una decisión sopesada de la mente. 
No es ese el camino recorrido ni la intención que alienta el deseo del nosotros. "Nuestros", es un espacio que preexiste a nuestra encarnadura y la trasciende. 
Nuestra labor consiste en dar visibilidad a este encuentro. Aunque no lo tengamos consciente, la realidad es que nuestros ancestros proveyeron el que tú me vieras y yo te viera. Y, aquí estamos, entonces, haciendo de la genealogía una historia y de la sexualidad un acuerdo de almas. 
Y creemos que esa historia es la nuestra pero, en verdad, lo que hacemos es actualizar un mito que delinearon los ancestros. A pesar de ello, no se trata de un movimiento circular o de una conversación repetida, sino de un angelado acto creativo. 
Son los mismos hilos en otro tejido enhebrado con un mismo telar y, sin embargo, una obra nueva. 
Así, no hay que dejar de tener presente que "Nosotros" es un pronombre donde se entrelazan sangre, tiempos y dispares geografías. Narraciones del pasado vivo transformado en nube de posibilidades del ahora. 
En el "nosotros" no hay nada casual, pero si muchas coincidencias significativas. No acerca de lo mío, lo tuyo, lo suyo, lo de vosotros o de ellos, sino de lo nuestro. 
Siente como en cada nosotros danzan los ancestros que nos reunieron antes de habernos conocido. Y, si no hay danza es por la sencilla razón de que no hay nosotros. Falta alma y sin alma se carece del cincel de los ancestros "nuestros". Tal vez, por el motivo de que Sweet Chestnut es el destino arquetípico de morir para resucitar que alienta la vida humana, que Mustard empuja al Yo a penetrar en las honduras de la sombra de las memorias familiares. Ni las tuyas ni las mías, las nuestras. 

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