jueves, 4 de enero de 2018

Baños de Bosque


Baños de bosque es el término que designa una nueva actividad: 
caminar por la naturaleza con los cinco sentidos. 

No sería muy raro que en futuro no muy lejano fuéramos al médico y este nos prescribiera paseos por el campo de dos a tres veces por semana, de una duración aproximada de una hora, durante tres meses y que nos citara después, para comprobar los resultados. Es probable que este tratamiento fuera para bajar la presión sanguínea, para combatir el estrés o como ayuda, si estamos luchando contra el cáncer. Sin fármacos ni costo alguno para nuestro plan de salud.
Japón, el país que acuñó el término karoshi -muerte por exceso de trabajo-, el país de la competitividad y con las tasas más altas de suicidios, mira ahora a la naturaleza y a sus bosques  para recuperar su paz y equilibrio. 
El vocablo Shinrin-Yoku, inspirado en el anciano y practicante budista Shinto, consiste en dejar que la naturaleza entre por los cinco sentidos, un “baño de bosque”, como lo llaman los anglosajones. Se trata de dar paseos por un entorno natural poniendo atención al olor que desprenden las plantas, el ruido del viento en las hojas de los árboles y toda la gama de colores y texturas que el entorno nos ofrece. Los expertos aconsejan tomarse un té o una infusión para que el sentido del gusto participe también de esta experiencia. Y por supuesto, apagar los móviles, no llevar cascos y evitar ir hablando con alguien sobre el nuevo plan que la empresa planea implementar para después de las vacaciones. No se trata de una meditación, pero si es básico que nuestra atención esté centrada en el entorno y no se dedique a su pasatiempo favorito: la anticipación de problemas.


Uno de los pioneros en los estudios sobre el impacto de la naturaleza en nuestra salud y bienestar es Miyazaki, antropólogo fisiológico. Miyazaki sostiene que el ser humano ha estado la mayor parte de su vida evolutiva en contacto con la naturaleza y es allí donde se siente más cómodo y a gusto, porque durante nuestra evolución hemos estado el 99,9 % de nuestro tiempo en entornos naturales y uestras funciones fisiológicas están todavía adaptadas a este medio.
Sus estudios empiezan a demostrar, gracias a técnicas avanzadas de neurobiología, que interactuar con la naturaleza disminuye la actividad del córtex prefrontal, la parte del cerebro, donde residen las funciones cognitivas y ejecutivas como planificar, resolver problemas y tomar decisiones. En cambio, la actividad se desplaza a otras partes del cerebro relacionadas con la emoción, el placer y la empatía, características más próximas a la creatividad que a la productividad.
El inmunólogo Qing Li, de la Escuela de Medicina de Tokio, ha demostrado también que un paseo por un bosque o por un parque aumenta significativamente la concentración de células NK –siglas procedentes del inglés natural killer– en la sangre, un tipo de glóbulo blanco que contribuye a la lucha contra las infecciones y el cáncer. Según Li, los compuestos volátiles emitidos por los árboles son los principales responsables de este efecto beneficioso sobre el sistema inmunitario. Muchos de estos compuestos aromáticos naturales, como pinenos, limonenos, cedrol o isoprenos, son usados en aromaterapia y medicina holística.


¿Qué hacemos generalmente los seres urbanos cuando hemos acabado nuestras faenas diarias y queremos desconectar? Ver la tele, las redes sociales o wasapear, en una palabra, fijar la mirada en una pantalla. Esta costumbre es la que ha hecho a las personas más agresivas, narcisistas, superficiales, distraídas, ansiosas y depresivas.
La solución parece residir en las cosas más simples y, curiosamente, más poéticas; es decir, sin afán mercantilista, ni valor cuantificable. Como un artículo del Outside Magazine cuenta, “Rachel y Stephen Kaplan, de la University of Michigan repararon en que la mayor parte de las actividades de la vida diaria, requieren una atención directa y focalizada, como chequear el email, trabajar frente a un computador o encontrar estacionamiento”. A la pregunta que los Kaplan se hacen, “¿Cómo descansar nuestras mentes de esta función?” Ellos mismos responden con el término “soft fascinación” y lo describen como “lo que pasa en tu mente cuando ves una mariposa, la puesta de sol o la lluvia”. En una palabra, poesía.
¿Qué ocurre cuando se vive en plena ciudad y no hay bosques cerca por los que los que pasear? Los parques también son pequeños oasis de naturaleza y, en el peor de los casos, siempre es mejor ver fotos de naturaleza o el árbol que se alcanza desde la ventana, que la pantalla del móvil. Estudios han demostrado que tras pequeños paseos por zonas verdes, o incluso la simple visión de imágenes de naturaleza, hace que los sujetos de dichos experimentos respondan mucho mejor en los test cognitivos, se sientan más felices y sean menos egoístas cuando interactúan con otros.
Ya sabe, cambie más a menudo la pantalla por la vida real y experimente la belleza que hay en un árbol, una hoja o una hormiga que traslada, sin apenas esfuerzo una ramita mucho más grande que ella.

¿Cómo practicar un baño de bosque?

Qing Li, el profesor de medicina de Tokio, ha elaborado una lista de pautas básicas pensadas para favorecer en lo posible la interacción entre los árboles del bosque y el sistema inmunitario humano. El profesor Li se cuenta entre los científicos líderes en el campo de la medicina del bosque. Estos son sus consejos:
Quédese al menos dos horas en un entorno boscoso y no camine más de 2,5 kilómetros aproximadamente. 
Si dispone de 4 horas, haga un recorrido de unos 4 kilómetros. Para fortalecer sus células nulas y las proteínas anticancerosas, también a largo plazo, se recomienda una estancia de 3 días seguidos en una región boscosa.
Planee el paseo o la excursión teniendo en cuenta su condición física. Procure no cansarse.
Si experimenta una sensación de fatiga, haga una pausa siempre que lo desee y durante el tiempo necesario. Para ello busque un lugar donde usted se sienta bien.
Si tiene sed, es mejor que beba agua o té.
Busque un lugar que llame su atención espontáneamente y le invite a quedarse. Siéntese y tómese allí su tiempo, por ejemplo, para leer o meditar. Pero, en cualquier caso, para disfrutar del maravilloso ambiente que le rodea y distenderse.

Para leer el artículo completo, siga el link: 
https://www.mundonuevo.cl/banos-de-bosque/

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