sábado, 30 de diciembre de 2017

"Gracias 2017"

He estado repitiendo con demasiada frecuencia que este no fue un buen año para mí. Sin embargo, ahora que se va, y miro hacia atrás, sólo veo "lo bueno en lo malo". Como cuando fotografío puertas viejas (una de mis pasiones) y las veo transformarse, gracias al lente, en pura belleza. 
Pues eso mismo pasa con el 2017 al que sólo le queda el respiro final. Mi "lente" retrospectivo lo va embelleciendo y siento que todo ha sido para mejor. Fue difícil, principalmente lidiar con mis emociones, pero acá estoy, fortalecida. 
Hay un hermoso puente (tal vez imaginario) que nos lleva de un año a otro en un segundo. Ese paso lo voy a dar con la persona que más quiero, a quien más respeto y a quien más admiro: a mí misma. Pero esa persona, gracias a este hito simbólico, llegará al otro lado del puente transformada. 
El Dr. Bach decía que la vida es un día de escuela y que la enfermedad es una gran maestra. Y la enfermedad no sólo es del cuerpo. Se nos enferma también el alma, se nos enferman los vínculos, enferman los sueños, enferman los artefactos, enferma la tierra, enferma el mar...
De todas mis enfermedades, que fueron muchas este 2017, sólo he recibido aprendizajes. Les doy las gracias y las dejo partir porque al otro lado del puente voy a llegar con la maleta vacía y tendré todo un año para volver a llenarla. 
Sea lo que sea que me traiga la vida...que sea Bienvenido!!!
Para mis Amigos, lectores de todo el Mundo (qué maravilla!!!!), Pacientes, Familia, Humanos y Ángeles, Feliz Tránsito por el Puente y mejor, mejor, mejor llegada al 2018.


miércoles, 20 de diciembre de 2017

"El Alma te Enferma hasta que no obtiene lo que Quiere"

Vivimos en un mundo en el que cada vez más personas están deprimidas y no sólo eso, sino que sienten que su depresión no tiene sentido y que la vida misma carece de significado. Una de las principales razones por las que tantas personas están deprimidas es porque piensan -siguiendo el dictamen sociocultural dominante- que deben de buscar la felicidad a toda costa y que la tristeza y la depresión son cosas no sólo que deben evitarse siempre sino que determinan que son inadecuados o que han fracasado en la vida.
Como una ráfaga de aire fresco, en este sentido tenemos las palabras de uno de los más grandes maestros budistas del siglo XX, Chögyam Trungpa, quien escribió que "la depresión es la energía más digna que existe". 
Desde la perspectiva budista, el mundo en el que vivimos -el samsara- tiene la condición natural de ser insatisfactorio, ya que tenemos deseos de ser felices en un mundo impermanente (donde la norma es la muerte, la vejez y la enfermedad). Así, la depresión es una manera de percibir esta realidad un tanto abyecta en la que vivimos, mirar las cosas como son y no engañarnos pensando que podemos tener una felicidad duradera persiguiendo nuestros deseos materiales o personales. 
Por otra parte, según Trungpa, en la depresión hay una cierta fuerza o energía que puede utilizarse justamente para despertar, para cambiar este estado y alcanzar el estado de liberación del mundo condicionado por esta dinámica del sufrimiento. En otras palabras, la depresión puede ser el primer paso para transformar esta energía de insatisfacción inherente en sabiduría -entendiendo que el mundo samsárico es deprimente y que no hay salida más que renunciando al mismo samsara. En otras palabras, la depresión puede ser el motor de un cambio verdadero, más allá del hedonismo y la frivolidad hacia aquello que realmente haga feliz a nuestra alma o espíritu. 
Como dijera James Hillman, "el alma te enferma hasta que no obtiene lo que quiere". La depresión es una comunicación de la profundidad de nuestro ser. 
Trungpa escribe:
La depresión es una energía muy poderosa, una de las energías más comunes que existen. Es energía. La depresión es como un tanque de oxígeno, pero está todavía embotellado. Es un fantástico banco de energías, mucho más que la agresión o la pasión, las cuales primero se desarrollan y luego se liberan. Éstas son en cierto sentido más frívolas, mientras que la depresión es la energía más digna de todas...
La depresión no existe en el vacío solamente, tiene todo tipo de cosas inteligentes que están pasando en ella. Básicamente la depresión es extraordinariamente interesante y es un estado altamente inteligente del ser. Por eso es que estás deprimido. La depresión es un estado mental de insatisfacción para el cual sientes que no tienes salida. Así que trabaja con la insatisfacción de la depresión. Lo que sea que está allí es extraordinariamente poderoso. Tiene todo tipo de respuestas, pero las respuestas están ocultas. Así que de hecho creo que la energía de la depresión es una de las más poderosas. Es una energía enormemente despierta, aunque probablemente la sientes como soñolienta.
Fuente: http://pijamasurf.com/2017/12/por_que_la_depresion_es_una_poderosa_energia_que_puede_usarse_para_despertar/

domingo, 17 de diciembre de 2017

"Esencias Florales: Su aplicación en Sexualidad Humana"

Cuando el ser humano pisó por primera vez el planeta Tierra, para desarrollar su cuerpo físico, las plantas ya estaban en el completo desarrollo de su evolución. Más antiguas entonces que la humanidad, las flores llevan casi veinticinco millones de años adornando el planeta.
Cuando el hombre comenzó a valorar el papel estético de la flor le atribuyó poderes mágicos y fetichistas como lo muestra el arte sobreviviente, joyería, manualidades, literatura. Como símbolo representaron al amor, la amistad, las fiestas, las estaciones.
Las flores han sido, son y serán arquetipos vivientes, mensajeros espirituales en la naturaleza. Del primer impacto visual rescatamos el asombro; de la observación minuciosa, la fascinacón. De esta observación minuciosa dice Kon Sasaki, el magnífico fotógrafo chino:
“Al acercar mi indiscreto objetivo dejé las flores al desnudo y ante mí se desplegaron las más insólitas estampas, imágenes sorprendentes a semejanza de los órganos de reproducción que develaron todo el delicado erotismo de su vida interior”.

Pero ese milagro de la naturaleza que es la flor no podía quedarse, al decir de Sasaki, con el “delicado erotismo de sus formas” y más allá de las formas están los contenidos, que en las flores son sus vibraciones, su energía y su capacidad de armonizar y autorregular los estados de ánimo y actitudes, patrones estos de toda disfunción psíquica y física. Holística y totalizadora, la terapéutica floral cubre todo el espectro de la vida humana; por eso, para tener en cuenta una apreciación de las propiedades en relación con la sexualidad debemos comenzar por el momento de la concepción y acompañar al ser humano a través de las etapas biológicas y sociales. Podemos decir que: 
“Los elixires florales, en tanto que armonizadores, son la base estructural de la medicina preventiva”.
Los terapeutas que utilizan la “técnica del renacimiento” señalan que la sexualidad de un individuo comienza a moldearse mucho antes del nacimiento, ya que las emociones presentes en el momento de la concepción dejan una profunda impresión en la psique del niño.
La indiferencia o frialdad entre los miembros de una pareja puede generar inseguridad en el niño y en su futura sexualidad. Hay una enorme diferencia entre un niño concebido en un acto de amor pasional, del que es producto de una violación; en el primero, la emoción básica que coloree su actitud hacia el mundo será el amor; en el otro, el miedo o el terror.
Los padres que mantienen relaciones íntimas felices y amorosas tienden a tener niños con una actitud saludable hacia el sexo: con interés y un acercamiento intenso y natural.
La terapia floral brinda a los faltos de interés e incapacidad para acercarse, Bush Gardenia y Flannel Flower (Australia Bush F.).
Algunas madres se sienten muy poco atractivas, sienten cierta aversión física, les cuesta la aceptación del cuerpo físico. Para ello, Billy Goart Plum (Australia Bush F.) y Manzanita (California, USA) es lo indicado. Sus niños pueden recoger esos sentimientos y sentirse “responsables” acuñando culpa. Para protegerlos, la madre deberá tomar, junto con Billy Goart Plum, Pine (Bach) o Sturt Desert Rose (Australia Bush F.).
Para un parto feliz, es necesario armonizar todo el embarazo, eso se logra con Rescue Remedy (Bach) o las siguientes alternativas: Walter Melon (Colorado, USA) y Pastèque (sandía, Francia); Pomegranate (Colorado, USA) y Grenadier (granada, Francia); Courgette (calabacín, Francia) y Mure (mora, Francia).
Los niños pequeños disfrutan tocando sus genitales. Conocemos las consecuencias si se les prohíbe esto, se los golpea o se los etiqueta de sucios; no sólo desarrollarán culpa sino que asociarán su área genital a algo malo o sucio. Nuevamente Pine y Sturt Desert Rose ayudarán a quitar la culpa; Billy Goart Plum o Manzanita los sentimientos de disgusto con el cuerpo y Crab Apple (Bach), sensación de “suciedad”.
Cuando en la pareja hay un quiebre, sea por lo que fuere, y se desvanece la atracción sexual, los hombres se tornan periféricos en la estructura familiar. Automáticamente la mujer se vuelca a “amar en exceso” al hijo. El hijo, si es varón, se sentirá tremendamente asfixiado. Esa sensación se anticipará en el futuro en relación con la mujer; y entonces, sin entender el por qué se apartarán: el miedo y la incapacidad de acercarse terminan en la imposibilidad de comprometerse. Dog Rose (Australia) puede ser efectiva para el miedo general, así como Ail (ajo, Francia), Gail (California), o Figuier (Francia) para miedos escondidos; Flannel Flower para la incapacidad de acercarse y Wedding Bush (Australia) para la falta de compromiso.
La falta de compromiso acompañada de la sensación de saber que “no se está en el propio hogar” características de los niños adoptados requieren desde el vamos un tratamiento con Wedding Bush para promover a futuro el compromiso y Tall Yellow Top (Australia) para recobrar el sentido de pertenecer.
La pubertad trae cambios y con ellos mucho estrés. La menarca en las niñas anuncia la transición de niña a mujer; otros son los cambios en el varón que acompañan al notorio quiebre de su voz. Ambos deben enfrentar las rápidas demandas físicas y emocionales de su nueva sexualidad. Para estos cambios biológicos de la pubertad, Bottlebrush (Australia) es de mucha ayuda, así como Walnut (Bach).
Otro sentimiento de autodisgusto –azote de los adolescentes- es el acné que genera además baja autoestima, siendo a menudo un círculo vicioso –cuando peor se siente acerca de sí mismo, más empeora el acné- Nuevamente Billy Goart Plum se puede tomar para los sentimientos de autodisgusto; Crab Apple (Bach) para la purificación física y Larch (Bach) para la baja autoestima.
La gente joven y sin experiencia está a merced de sentimientos como dificultad de relacionarse con el sexo opuesto. Kangaroo Paw (Australia) es para esto muy efectiva así como Sticky Monkey Flower (California o Francia). Los celos también puede ser un problema en las relaciones. Holly (Bach) o Mountain Devil (Australia) ayudarán.
Otra situación difícil se presenta a posteriori de la pérdida de la virginidad: miedo al embarazo, sida y enfermedades venéreas. Miedo y terror no son buenos acompañantes y, junto con una buena información, Dog Rose (Australia), Mimulus (Bach) para mitigar miedos o Ali (Francia), Garlic (California) y Grey Spider Flower (Australia) para el terror o Rock Rose (Bach).
Flannel Flower y Wisteria (Australia) son esencias que pueden ayudar a los hombres y a las mujeres respectivamente a disfrutar del sexo y del acercamiento. Billy Goart Plum les permitirá experimentar la belleza del acto sexual y de sus cuerpos. No sólo el sida es hoy una gran amenaza, también el herpes, verrugas genitales, tricomonas, etc. Para el herpes se encontró que la aplicación tópica de Spinifex (Ausralia) es muy efectiva en ayudar a curar lesiones y si se las toma internamente ayudará a traer a la superficie las creencias emocionales que han conducido a la manifestación del herpes. Nuestra realidad física es creada únicamente por nuestros pensamientos y nuestras creencias inconscientes.Para las experiencias sexuales traumáticas tales como violación o abuso sexual, Flannel Flower con Fringer Violet (Australia) ayudarán a los hombres a recobrarse, mientras que en las mujeres Fringed Violet y Wisteria (Australia) dan grandes resultados.
Mientras un individuo madura, atraviesa transiciones biológicas mayores tales como embarazo, paternidad, menopausia, etc. En la edad anciana muchos hombres experimentan la frustración de sentir pasión pero son incapaces de expresarla físicamente. Wild Potato Bush (Australia) es el remedio para esta situación, ya que les permitirá avanzar con mayor vitalidad y energía y, sobre todo, la sensación de que no tienen que “cargar” con el cuerpo físico. Bluebell (Australia) y Flanner Flower son buenos remedios para mantener una relación viva y en crecimiento por un largo período de tiempo.
Hemos visto a través de este panorama evolutivo cómo muchas esencias florales pueden jugar un rol importante en mejorar la calidad de nuestras vidas desde la concepción hasta la edad anciana.

Fuente: Leer artículo completo en: http://www.perlamarzano.com.ar/sec-84-flores-de-bach-y-del-mundo-su-aplicacion-en-sexualidad-humana.html

"La Terapia"


"La Terapia es Aprender 
Ver y Escuchar a los demás. 
La mayor parte de las enfermedades 
se deben a que las Personas 
no son Amadas o Escuchadas. 
Cada enfermedad 
es sólo una Obra Teatral 
para llamar la atención, 
la necesidad de ser escuchado..." 
Alejandro Jodorowsky

sábado, 16 de diciembre de 2017

"Heather , el Reencuentro con el Amor a Uno Mismo" Eduardo Grecco



Heather es el tercer Ayudante, un remedio que muchas veces es reducido a un pegajoso y latoso personaje. De esta manera, lo que se logra, es desperdiciar los talentos que esta esencia expresa, desconociendo así su real valor terapéutico. 
Bach lo preparó en Gales, casi al mismo tiempo que Rock Water, muy cerca del lugar donde, hacía un tiempo, había encontrado Mimulus e Impatiens, es decir, en el bello valle de Gryne Fawr y, en especial, de “Table Mountain” (en cuyo pico se encuentran los restos de una fortaleza Celta), sobre Crickhowell lugar cercano al poblado de Sugar Loaf, toda una mágica geografía poblada de memorias, leyendas y mitos.
Cuando uno conoce este lugar siente que los pulsos y el corazón se agitan, en muchos sentidos, y que se despierta el deseo de explorar, no sólo la pequeña, hospitalaria y encantadora ciudad rural de Crickhowell, por cuyas calles caminó Bach, sino también los alrededores, plenos de abundante verde y sosiego, acariciados por una suave brisa reparadora. Hay un un castillo normando en ruinas, un encantador puente de trece arcos sobre el río Usk, que data del siglo XVI, la iglesia de San Edmundo del siglo XIV junto a, maravillosas muestras de arquitectura familiar, que reflejan influencias medievales, georgianas y victorianas. Uno comprende, al recorrer los senderos, que el tiempo fue labrando con el paso de personas y animales, las razones por las cuales Bach amaba ese sitio.
Heather y Gorse están emparentados no solo en los tiempos del descubrimiento de Bach sino por algunas otras razones. Entre ellas por la vinculación con el elemento fuego y aire que cada una representa unidos como componentes que definen el Alma, pero, también, por la polaridad complementaria de las épocas en las cuales florecen: Gorse en el inicio de la primavera, Heather en el principio del otoño. Períodos, uno de comienzos y otro de desprendimientos. Remedios equinocciales que enseñan llegadas y partidas, así como, Oak y Rock Water, se anudan con los solsticios.
Es muy interesante seguir los pasos de los escritos de Bach sobre Heather y observar cómo va adquiriendo una arquitectura singular que, sin embargo, mantiene firme sus raíces de origen a lo largo de los desarrollos posteriores.
En los primeros textos en los cuales Bach habla sobre Chícory, se aprecia que Heather está implicado allí, en el mismo corazón de este remedio. Y, lo mismo sucede con lo que de Heather dice en los Doce Curadores y los Cuatro Ayudantes, aunque hay allí, además, un cierto tinte Vervain, que no desluce el hecho de que es posible concebir a Heather como una particular especialización de Chicory. Esto supone que, en cierta medida, es necesario comprender al Brezo desde la ventana de Chicory.
Si observamos con una mirada terapéutica a Heather, es posible descubrir que resulta una propuesta de interés para sanar dependencias afectivas, adicciones a vínculos tormentosos, conductas invasivas, avidez que consume la energía ajena y relaciones aglutinadas, entre otras cuestiones.
Basado tanto en la clínica como en la doctrina, quiero insistir en el valor de Heather como sanador de la falta de amor a uno mismo
Ubicado en la otra orilla de Chicory, que redime la falta de amor interpersonal, Heather es característico de personas
 “… que se preocupan por los problemas de los demás, no sobre las grandes cosas de la vida, sino por los asuntos diarios. Les gusta tener cuidado de las personas que tienen dificultades y son bastante enérgicos cuando lo intentan. Les contraria y perturba que los demás rechacen su consejo cuando creen que es beneficioso para ellos. Intentan por todos los medios posibles convencer o incluso forzar a los demás para que hagan lo que les parece correcto. Ciertamente sus intenciones son buenas y su criterio suele ser juicioso, pero se exceden en su deseo de apremiar a aquellos a los que aprecian.” (Bach)
A pesar de las diferencias de orientaciones en torno al amor, Chicory y Heather comparten la presencia, en su interior, de un bloqueo en la expresión de este sentimiento, un obstáculo que manifiesta sus efectos en direcciones inversas pero complementarias. Uno requiere aprender a amarse, el otro amar a los demás. De ahí que esta pareja floral escenifique el mandato evangélico: 
“Ama a tu prójimo como a ti mismo.” 
Sorprende ver que la ingesta de Heather en una persona solitaria, que siente que es capaz de autoabastecerse sin necesidad del otro, que imagina que no hay mejor compañía que la de su reflejo, le produce una mágica transformación. Esta persona descubre que no es bueno estar sólo y que amistad, camaradería y complicidad con los semejantes, son experiencias disfrutables. Miremos esta acción clínica en los tipos Water Violet e Impatiens y tendremos una interesante visión de otro costado de Heather que, en general, se pasa por alto.
Me despierta curiosidad la primera descripción que Bach hace del Heather, la más larga de todos sus retratos sobre los remedios. Pero no solo es por eso el fisgoneo. Es más a causa del hecho de sentir la presencia de Chicory y Vervain, en esa narración, sumado a la sorpresa que me produce el cambio de mirada, tan notable, que sobre Heather aparece en la última reseña que Bach hace sobre esta flor, escrita en el verano de 1936: 
“Aquellos quienes siempre están buscando la compañía de cualquiera que esté disponible, porque encuentran necesario discutir sus propios asuntos con los demás, no importa quienes sean. Son muy infelices si tienen que estar solos durante cualquier tiempo.”
Ahora bien, ¿Por qué este sufrimiento? ¿Cuál es la razón que alienta la infelicidad? En el decir de Bach está la respuesta: soledad. Pero, ¿Qué genera esta condición que lo lleva a construir la coraza de personalidad que edifica? 
La soledad y la sensación de estar aisladas de las demás personas, hace que, Heather, se vea atrapado por una necesidad imperiosa de hablar de sí misma ante cualquier otro que aparezca en su horizonte. Pero no es un cualquier hablar, sino una narración obsesiva, lineal y aburrida, cuyo tema único es lo que a Heather le acontece. Algo así como un discurso auto-referencial con una pizca de narcisismo. Tal comportamiento es, en realidad, una defensa que le permite canalizar una ansiedad insoportable y, hasta cierto punto, descontrolada, que denuncia la profunda insatisfacción de amor que lo carcome. Tal vez, al igual que Oak y Gorse hay en Heather un trozo de desesperanza no manifiesta. Lo urgente de su ansiedad esconde un poderoso temor al futuro que lo lleva a ser controlador, dominante e inclinado a la desconfianza. 
Así, como la ansiedad en Impatiens lo conduce a imaginar que el tiempo de que dispone no le va a alcanzar y lo que espera parece no llegar nunca, en Heather su voraz vocación por la compañía expresa miedo al vacío y la falta de valía que percibe sobre sí mismo.
Mi querido amigo y maestro Mario Satz, señala algo bien agudo: “La ansiedad tiene dos ramas secretas de las que poco se habla: la ambición y la codicia, que suelen aportar al tronco del que parten y de regreso, aires arrogantes.” Aquí vale la pena citar a Edward Bach en referencia a Heather: “Son tan seguros de sí mismos y ciertamente tan competentes, que nunca dudan de su capacidad de aconsejar y brindar ayuda.” Pero, Mario, agrega otro condimento importante: “La ambición puede estar, a su vez determinada por el deseo de acopio o el de figuración, mientras que la codicia es vecina de la envidia…” Ambición, deseo de acopio, codicia, envidia, deseo de figuración…. Temas sobre los que hay que reflexionar al discurrir sobre Heather y en su relación con Chicory y Vervain. 

Hay relatos que nos hablan de los estados emocionales que atrapaban a Bach en el tiempo en el cual preparaba Heather y Rock Water, esencias polares en la falta de delimitación o el exceso de ella. Así, la tendencia a la simbiosis Heather no deja de reclamar la exuberancia de reglas de Rock Water para alcanzar cierto punto de equilibrio. Tratemos de comprender el momento que Bach vivía en esa época para intentar alumbrar la razón de la búsqueda de esas esencias, tanto a partir de algunas referencias sobre Heather y su tendencia a la simbiosis como a datos de ese momento de la vida de Bach.
Todos los seres vivos, de cualquier especie, incluyendo los seres humanos, no caben en ninguna definición estrecha. Realizan múltiples actos de interacción: emparejamiento, dependencia, enfrentamiento, diversión, reproducción, placer… y muerte. Y, entre las muchas actividades que llevan a cabo, se reúnen y asocian. No existe nada, en estas maneras de relacionarse, sin sentido. Por lo contrario, todo vínculo responde alguna razón creativa e intencional de la especie. Y, lo que ocurre de modo general en lo vivo es aún más elocuente entre la personas, en donde, hasta la simbiosis, implica una primicia. Es que si tenemos una actitud apreciativa es posible ver que, en varios niveles, la simbiosis, supone un intento de alcanzar formas más extensas e inclusivas de integración. Y, lo que la naturaleza y la cultura enseñan, es que, esta forma de conexión, no resulta un fenómeno marginal o raro sino algo natural y cotidiano.
A pesar de lo mucho que me simpatiza Darwin tengo que admitir que el nuevo conocimiento que aporta la moderna Biología cambia “…la visión demuestra la evolución como una competición continuada y sanguinaria entre individuos y especies. La vida no conquistó el planeta mediante combates, sino gracias a la cooperación. Las formas de vida se multiplicaron y se hicieron más complejas asociándose a otras, no matándolas". (Lynn Margulis) De modo que, las relaciones simbióticas, a pesar de lo que la Psicología y la Psicopatología enseña, son vínculos en donde existe una particular sinergia. En ese entramado, las personas que aprenden a convivir mutuamente, se benefician de un efecto multiplicador propio de ese proceso. De una simbiosis creativa es potencial el nacimiento del éxtasis y el orgasmo.
Me parece que estas razones nos llevan a pensar en la necesidad de revalorizar la estructura de Heather. Por una parte, representa una dinámica, muy importante, de mutualidad de la vida, que si es bien aplicada permite lograr un paso evolutivo, significativo, a las personas y, por otra, pone en evidencia el paso del paradigma de lucha en Oak, a la cooperación en Heather, entre los Siete Ayudantes. Aún nos falta conectar todo esto con el transcurso interno de Bach.
Estamos tanteando una respuesta a la pregunta acerca de cuál era la razón que motivaba, a Bach, a ir a buscar Heather. El que haya un impulso personal es un hecho que no hay que dejar de lado y ojalá tuviéramos más información biográfica para ver la conexión del momento de la historia de Bach con la necesidad de contar con la labor de esta esencia. Pero, lo que sí es claro, es la vinculación existente entre el texto de Marlow Bucks, escrito unos meses antes, en aquello que se refiere a la actividad de servicio con lo que Bach escribe sobre Heather al respecto. En “Un Cuento del Zodíaco”, Bach comenta "...la disposición para servir de Heather,..." Y, en el texto de Marlow Bucks: “El único camino sea el servicio desinteresado, realizado, no para el avance espiritual, sino únicamente por el deseo de servir.” No quiero abundar en citas pero hay las suficientes para sostener este planteo.
Sin embargo, si repasamos los escritos de Bach, del tiempo en el cual prepara Heather, es sorprendente descubrir cuales son. El primero de ellos, “La historia de Centaury por sí misma”, plasmada en Septiembre de 1933. Allí dice: 
Centaury. Soy débil, sí, sé que soy débil, pero ¿por qué? Porque he aprendido a odiar la fuerza, el poder y el dominio, pero si erro un poco en la debilidad, perdonadme, ya que sólo es una reacción a la aversión a lastimar a los demás, y pronto aprenderé a saber cómo encontrar el equilibrio entre ni lastimar ni ser lastimado. Pero, por el momento, prefiero haber sufrido que haber causado un momento de dolor en mi hermano. Así que tened paciencia con vuestra pequeña Centaury, que es débil, lo sé, pero es una debilidad en el lado correcto, pronto creceré y seré más grande y más fuerte y más hermosa hasta que todos me admiréis por la fuerza que os proporcionaré.” 
¿Tiene todo esto alguna relación con el comentario de Bach sobre Heather: “Son tan seguros de sí mismos y ciertamente tan competentes, que nunca dudan de su capacidad de aconsejar y brindar ayuda.”?
El segundo texto de este tiempo es “La historia de Clematis por sí misma”, del mismo mes y año que el anterior. 
Clematis. ¿Os sorprende que desee marcharme? Veréis, he centrado mis pensamientos en cosas terrenales, en personas terrenales y si ellos se van, entonces yo deseo seguirlos. Sólo quiero emprender el vuelo y estar donde ellos están. ¿Podéis reprochármelo? Mis sueños, mi ideal, mi romance. ¿Por qué no debería estar con todas estas cosas y qué podéis ofrecerme que sea mejor? Yo no veo nada. Sólo me ofrecéis materialismo frío, una vida en la tierra con todas sus dificultades y penas, y allí lejos está mi sueño, mi ideal. ¿Me reprocháis que lo siga?
Entonces apareció Clematis y dijo, “¿Son tus ideales los ideales de Dios? ¿Estás seguro de que estás al servicio de Él, El que te ha hecho, El que te ha creado, El que te ha dado la vida o simplemente estás escuchando a otro ser humano que intenta reclamarte y, por ello, estás olvidando que eres un hijo de Dios con toda Su Divinidad dentro de tu alma, y en lugar de esta realidad gloriosa estás siendo atraído simplemente por otro ser humano? Sé cuánto anhelamos emprender el vuelo a reinos más maravillosos, pero, hermanos del mundo humano, primero cumplamos nuestro deber e incluso no sólo nuestro deber sino nuestra alegría, y así quizás podáis adornar los lugares donde vivís y esforzaros por embellecerlos tal como yo procuro hacer que los setos sean gloriosos, de tal forma que me llaman la “Alegría de los viajeros.”
Otro hecho significativo, es que, en el intercambio de cartas para la publicación de los “Los Doce Curadores” (1933), Bach le pide a su editor que destaque una frase: “Y podremos tener alguna vez dicha…”
Creo que es posible situar el descubrimiento de Heather en relación a estos los estados emocionales de Centaury y Clematis. Heather da seguridad al primero y capacidad de arraigo al segundo. Pero, ¿Se sentía Bach débil y con ganas de marcharse? ¿Había recuperado la fortaleza y la alegría para seguir adelante con su obra? 
La verdad, amigos, me hubiera gustado estar acompañando como cronista, a Bach durante sus recorridos pero solo me queda el consuelo de recrear, a partir de retazos, una imagen, con la esperanza que se acerque a la realidad.

Bach dialoga con una mujer conocida para él. Ese diálogo tiene que ver con el descubrimiento del Heather. “Ella estaba ‘auto-centrada y completamente terrenal’ y él dijo ¿Cuál es la más hermosa vista en el mundo? ¿Ha visto algo que la haya hecho pensar de que es posible que haya un Dios?’ Su respuesta fue ‘Sí, las montañas cubiertas de brezo’.” (Nora Weeks)
Es singular la conexión que esta mujer hace, de Heather con lo divino, que pone en evidencia como, para algunas personas, el universo de lo sutil puede convertirse en un seguro para salir del aislamiento. (Un aspecto que vale conectar con Clematis) Ocurre que, la vivencia de vacío e incomunicación que, paradójicamente, transporta a la persona a construir la coraza Heather, nace de una poderosa angustia en torno del sentido de la existencia y del significado de la vida. Es usual ver en la clínica que en estas personas hay una historia de cristalización progresiva de miedo e inseguridad, un desasosiego escondido en torno de vida y la muerte. En suma, la soledad se ha convertido en un nudo trágico que las atrapa.
Al respecto, Julian Barnard comenta: 
“Debemos preguntarnos si esa persona es capaz de vivir sola. Sin otras personas para hablar, con quienes intercambiar los pequeños problemas y trivialidades de la vida Si hay dudas de que los amigos y compañeros deseen realmente oírlos, ¿qué debe hacerse? Mientras que haya optimismo y fe en sí mismo, puede manejarse la vida. Pero cuando la duda se establece, la soledad sigue. Eventualmente, Bach colocó Brezo dentro del mismo grupo de remedios de Impatiens y de Violeta de Agua: el grupo para la soledad. A diferencia de Brezo, los otros dos disfrutan estando solos. Brezo debe retornar a esa misma facilidad y aceptación de sí mismo.” 
El comentario de Barnard, que la clínica avala, indica que Heather está prisionero en la no aceptación de si mismo.
Si miramos de cerca esta cuestión nos enfrentamos ante el hecho de que el no saber convivir con uno mismo tiene una importante conexión con el fluir constante de la vida. Aunque imaginemos que las cosas funcionan de otro modo, que todo es estable, en realidad nada es permanente, ni aún el amor, un tema que es crucial en Heather. Esta flor habla de una coraza que tiende a complicar las cosas con su conducta absorbente y su deseo de permanencia. El no comprender que si uno acepta el fluir de la vida, todo se simplifica. En este punto se asemeja a White Chestnut. Pero, a pesar de lo que Heather anhela, la vida sigue adelante, la dinámica de la relaciones no se detiene y su profunda necesidad interior se manifiesta en ansiedad y sensación de carencia. Esto lo lleva a buscar encontrar “ruido, barullo” para tapar la angustia que no puede tolerar y que lo consume. Habla incesantemente para no escucharse. El punto nodal radica, entonces, en un aprendizaje que se niega a realizar: hasta que la persona no hace carne el hecho de que no puede estar sola, seguirá repitiendo el mismo patrón de vinculación interpersonal que la confina a vivir en la situación que más teme: la soledad. ¿Por qué? Como nadie la aguante, lo evaden y rehúyen su companía.
Water Violet e Impatiens, cada cual a su modo, imaginan que la libertad se restringe al mancomunarse con otras personas mientras que, para Heather, la soledad es vivida como una experiencia aniquilante que lo lleva a no poder estar solo. Es válido preguntarse, a raíz de esta flor ¿Cuál es la razón de no querer, gustar o lograr estar solo? Una respuesta posible es que, cuando estamos con nosotros mismos surgen ante los ojos de nuestra consciencia aspectos personales que rechazamos. Ante ello, la respuesta Heather es atestarse de la presencia de los demás, para no verse a sí mismo.
Es común que en los textos florales se insista en el hecho de que las personas con coraza Heather poseen una tendencia a tomar la energía y la vitalidad de los otros. Y, lo hacen a través de una serie de mecanismo entre los que se destacan, por una parte, una compulsiva necesidad de cercanía física y, por otra, una adictiva exigencia de tener la boca llena, de palabras o de comida. Ambas marcas hablan de la presencia, en su historia, de una huella de abandono muy primario. Es que, la herida que Heather carga, es la pérdida de su sentido de unidad con las demás personas que es compensado por una manera forzada e imperativa de escenificarla: afanosa necesidad de compañía. 
“Llora en silencio mi alma solitaria, / excepto cuando esté mi corazón / unido al tuyo en celestial alianza / de mutuo suspirar y mutuo amor.” (Lord Byron). 
Es por esto que, al ingerir Heather, uno siente que es parte de un todo del cual se había separado.
“Tu ausencia me rodea / como la cuerda a la garganta, / el mar al que se hunde.”  (
Jorge Luis Borges)
En “La Historia de los Viajeros”, Bach comenta:
"...Heather estaba muy seguro de que conocía el camino y quería que todos los compañeros siguieran su camino.” "...Heather ha aprendido que cada viajero debe caminar a su manera y anda a zancadas en silencio delante de ellos para enseñarles que se puede hacer." 
Interesantes comentarios que, más allá de hacernos recordar por la actitud a Vervain, nos muestra que la transformación Heather no le hace abandonar la creencia de que debe estar en primer plano. Aunque guarde silencio su conducta sigue siendo “Síganme, yo sé”. En “Los Doce Curadores y los Cuatro Ayudantes” Bach señala que, 
“La característica de las personas Heather es que se preocupan por los problemas de los demás, no sobre las grandes cosas de la vida, sino por los asuntos diarios. Les gusta tener cuidado de las personas que tienen dificultades y son bastante enérgicos cuando lo intentan. Les contraria y perturba que los demás rechacen su consejo cuando creen que es beneficioso para ellos. Intentan por todos los medios posibles convencer o incluso forzar a los demás para que hagan lo que les parece correcto. Ciertamente sus intenciones son buenas y su criterio suele ser juicioso, pero se exceden en su deseo de apremiar a aquellos a los que aprecian. Es un estado de excesiva preocupación por el bienestar de los amigos y conocidos, y un intento enérgico de corregirlos. Este estado mental está tan arraigado en su naturaleza que llega a considerarse como su carácter.” 
Creo que el escrito es lo suficiente elocuente para ameritar comentario alguno. Sin embargo, es bueno destacar la observación sobre la esencia de un comportamiento que puede ser tomado, de un modo equivocado, como personalidad. Y, si bien es cierto que esto ocurre en cada uno de los “Siete Ayudantes”, es peculiar que Bach lo remarque de un modo específico en Heather. ¿Cuál sería la intención de este señalamiento? También, luego de leer el texto anterior, amerita el preguntarse por la razón que llevó a Bach a incluir a Heather en el grupo de la soledad y no en el del exceso de preocupación por el bienestar de los demás. 
Tal vez, quede claro que, en el balance de lo prioritario, es más significativo, en Heather, la soledad que el servicio. Esto llevó, durante mucho tiempo, en la práctica floral, al olvido de este aspecto de preocupación por los otros que Heather carga. “…y son profusas en realizar esfuerzos excesivos por los demás. Este remedio puede mejorar mucho su salud, calmar sus miedos y aliviar su preocupación por el bienestar de las personas que les interesan.” (Bach).
 Una ayuda con interés, es cierto, pero ayuda que a ellos les hace sentir que son valiosos y que su vida pose sentido. “Les gusta que las personas dependan de ellos y les complace sentir que son útiles y ayudan a cualquier persona que tenga dificultades. Son tan seguros de sí mismos y ciertamente tan competentes, que nunca dudan de su capacidad de aconsejar y brindar ayuda.” Olvidar esta dinámica nos hace perder de vista ciertas aplicaciones de Heather que brindan utilidad significativa en la clínica.

Veamos algunos aspectos físicos de Heather. Bach las describe de este modo: 
“… a menudo son corpulentas, con un color de cara vivo, con buen aspecto, físicamente fuertes y llenas de energía y actividad" (Los Doce Curadores y los cuatro Ayudantes). “Personas grandes, robustas y fuertes, joviales y enérgicas. Se preocupan mucho por todos los detalles de sus enfermedades y les parece que cada pequeño elemento tiene gran importancia. En general no han estado muy enfermas e incluso una pequeña dolencia les puede parecer grave" (Los Doce Curadores y los Siete Ayudantes).
El cuadro corporal, que vale la pena que se compare con Chicory, va acompañado con ciertos rasgos hipocondríacos (“También tienden a sentir un poco de miedo por ellos mismos incluso si tienen un problema pequeño”. Bach) o, por lo menos, excesivo detallismo en torno de sus dolencias, cuestión que le sirve como motivo de conversación con otras personas. Sin embargo, aunque sus enfermedades por lo general “… no suelen ser demasiado graves hasta que llegan a la vejez pero pueden sufrir una cantidad considerable de molestias e interferencias a la vez, en su vida diaria, durante años a causa de enfermedades leves.” (Bach).
De manera que, es importante, en Heather, tener una consideración sobre la edad del paciente en torno de la naturaleza de sus padeceres, ya que, tal como comenta Bach, la vejez impone un cambio en torno a la gravedad de sus enfermedades, tal vez vinculado con la restricción de sus capacidades.
Si analizamos ahora sus malestares típicos “… sufrir problemas de corazón, palpitaciones, jaquecas con palpitaciones, indigestión…” (Bach) las causas de los mismos se debe, aquí, a la presencia de “…excitación ansiosa y un esfuerzo intenso de ayudar a los demás en los asuntos corrientes de la vida.” Esta ansiedad no es de cualquier naturaleza si no que se vincula con el hecho de no encontrar mucho motivo en la vida para hacerla significativa. De ahí se deriva, en Heather, un proceso que trascurre en el anonimato de su consciencia y que, inclusive, no es descubierto por los otros con los cuales tiene contacto: inseguridad y preocupación por el ciclo de vida y muerte. Todo esto remite a una ausencia de verdadera y sólida identidad que Heather compensa con aparente fortaleza y dominación del entorno. Tal máscara conlleva a ciertas conductas compensatorias: quitar energía a otras personas. Y, Heather lo hace a través de la imperiosa necesidad que tiene de cercanía física y la plática tenaz que no cesa y que provoca, en quienes se ven atrapados en sus redes, a sentir que no pueden apartarse de escucharlo y cortar con esa circunstancia. 
Creo que es posible advertir, con estos comentarios, que la cuestión de libertad y dependencia no debe ser dejada de la lado a la hora de indagar sobre las dinámicas que sustentan el comportamiento Heather. 
“Si las palabras clave negativas de brezo son auto-centrados, auto-preocupados y auto-obsesionados, entonces las positivas deben apuntar hacia una liberación, un sentido de unidad, de ser parte del todo sin una frontera o límite. La mayoría de los comentarios sobre los remedios de Bach han adoptado una visión negativa de brezo y concentrado en los síntomas desagradables de la persona solitaria. Pero todo acerca del remedio apunta hacia una visión más amplia, un significado más profundo y una aplicación más válida que incluso la que Bach escribió en su descripción de los Doce Sanadores.” (J. Barnard) 

Heather es una buena propuesta para sanar el entrecruzamiento vincular aglutinado, tanto como el proceso, en el cual, la pareja desaparece cuando se abraza. Punto, éste, en el cual, Red Chestnut brinda una ayuda cierta al facilitar romper con los lazos invisibles que enlazan a las personas y que las privan de grados de libertad, en total o gradual, falta de conciencia en torno de lo que están viviendo, mientras que Rock Rose, al contribuir a liberarse de los sistemas de creencias (identidad), autoriza redescubrir el verdadero Ser cuando parece derrumbarse en nuestra vida.
Asimismo, Chicory permite sanar el desgarrón que genera la lejanía de la persona a quien se ama, mientras que Centaury no solo facilita dejar atrás patrones de vínculos de dependencia que se repiten, sino no consentir que esta energía nos robe la vida, nos aleje o acerque, no desde nuestra intención, sino bajo la influencia de las mareas emocionales que nacen desde una posición de carencia.
Los invito a cruzar a la orilla de Heather y mirar a esta esencia con otros ojos. Veremos, entonces, al expandir nuestra percepción, un personaje que, en sus entrañas, es habitado por una enérgica presencia solar y que, además, a su corazón lo alienta una vocación de servicio, profunda e inherente a su propia naturaleza. Y, este doble carácter, solar y asistencial, explica la razón por la cual Bach lo asociara con Vervain.
Heather se vincula con el amor y nos vincula al amor. Entre otras cosas, su acción nos hace darnos cuenta que, en ocasiones, amamos a personas con las cuales interactuamos pero que, de modo singular, ignoramos lo que en realidad sentimos por ellas. Ese sentimiento está ahí presente ante nosotros, sin que lo registremos y Heather nos lleva a descubrirlo, a la conciencia de su existencia. Al igual que Chestnut Bud, es una esencia que nos permite distinguir lo que se esconde más allá de lo aparente e inmediato.
Por otra parte, es notable su acción como restaurador del amor a uno mismo, cuando falta, y la disolución del narcisismo cuando sobra. En ese sentido produce un doble descentramiento en la persona: del Yo al Otro y de la Personalidad al Alma. Es decir, la persona deja de mirarse desde el ombligo de su personalidad para ver al otro desde el ventanal del alma.
Es interesante, por otra parte, el hecho que Heather restablece la conexión entre las personas cuando existen, entre ellas, ciertos tipos de alejamientos y rupturas, que parecen no tener sentido. Por eso, Heather, vuelve a reunir a quienes se separan y distancian pero que participan de ideales, intenciones, valores, deseos y comienzos comunes. Además, genera espíritu de cuerpo. Suaviza, al igual que Olive y Beech, con su poderosa energía venusina, las asperezas y desconfianzas que alejan a las personas y les impiden crear un espíritu grupal, mutualidad y proyectos compartidos.
Al mismo tiempo, impulsa la creación de un nuevo tipo de vínculo entre las personas. Estamos acostumbrados a imaginar que una relación se gesta desde las mutuas carencias esperando que el otro complete lo que a nosotros nos falta. Heather provoca el empuje de unirnos desde la totalidad de lo que somos, no buscar quien llene nuestras ausencias sino con quien compartir nuestra abundancia.
Es posible agregar otras reflexiones sobre Heather pero, la idea que motivaba este viaje, en torno de este Ayudante, era intentar mostrar que la realidad clínica floral se teje de matices. 
Las emociones, como los colores y sonidos, tienen gradientes y, el arte terapéutico floral, reside en esa capacidad de advertir que los tonos y escalones de la gama afectiva se correlacionan con los tintes y modalidades de la paleta de esencias florales. De manera que, estudiar la “escala floral” de un remedio no es ocioso. Supone indagar en los repliegues de su alma. 

La cuestión de la cercanía o lejanía no sólo se reduce a cuestiones espaciales sino que toca los puntos sensibles de toda relación interpersonal, conectados con las razones que llevan a una persona a los brazos de otra.
Lo que une a las personas no sólo, ni siempre, es el amor. Con frecuencia es la necesidad inconsciente de expiación, como se aprecia en Oak, o el deslumbramiento del vínculo ciego que anuda a los seres humanos desde el extravío y la ofuscación emocional, como sucede en Heather. Esta actitud limita o impide ver al otro tal cual es. Y, esto provoca que nos preguntemos a quien amamos cuando decimos que amamos, a ti o a mi amor por ti.
También las lealtades invisibles impiden un verdadero amor. A partir de ellas, que Heather suele disolver junto a los obstáculos que impiden que el “nosotros”, que identifica a una auténtica relación, exista, la persona, en lugar de vivir en el amor vive en la satisfacción de una necesidad narcisista o carencial.
¿Cómo abordar esta circunstancia en donde el espacio en común de una relación se construye con fantasmas del pasado, cegueras románticas o carencias infantiles, en lugar del natural ir y venir de ser fiel a uno mismo y zambullirse en la experiencia del ahora?
Es cierto que hay flores que contribuyen, como Holly, a lograr un encuentro libre de presiones ajenas al alma. Pero, queda una cuestión abierta: tras las condiciones neuróticas de “falso amor” (expiación, amor ciego y lealtades), existe, en las personas, una dinámica emparentada con la tendencia a la fusión o la separatividad como respuesta ante la demanda de labrar el espacio en común de una relación. Allí donde debería generarse una individualidad solidaria, el miedo al “nosotros” lleva a la fusión o a la disociación vincular.
Mencionemos aquí una herramienta floral que permite enfrentar las dinámicas que se derivan del triángulo de cercanías y distancias Chicory-Vervain-Water Violet, al mismo tiempo que proporciona un beneficio clínico en personas que afrontan problemas para estar cerca sin fusionarse con el otro o el no estarlo por temor a perder la individualidad. Me refiero al Heather.

Fuente: https://www.facebook.com/eduardohoracio.grecco
Nota: Me he tomado la libertad de juntar en un sólo texto una serie de artículos que Eduardo Grecco ha ido subiendo durante algún tiempo a su facebook

sábado, 25 de noviembre de 2017

"Nick Drake, Seducido por la Tristeza"

Nick quiere tocar la guitarra. Y leer a William Blake. 
Nick quiere pasear, componer, hacer poesía. Nick quiere ser feliz y ya no puede.
Nick no quiere hablar, no quiere dar entrevistas, no quiere dar conciertos, no quiere mostrarse de cara al público. Sólo es capaz de soltar sus demonios a través de su música.
 Su mundo se va oscureciendo. Nick es internado. 
Nick vuelve a casa de sus padres, que lo aman profundamente y van a cuidarlo.
La madrugada del 25 de noviembre de 1974 Nick consume, no se sabe si voluntariamente o por accidente, una sobredosis de antidepresivos. 
Nick muere.

¿Cómo se explica este desenlace para un muchacho talentoso, que, aparentemente, lo tenía todo? La manera más simple de decirlo es usando la palabra "depresión". Y ¿qué es la depresión? En geografía se dice que es "una zona del relieve terrestre situada a una altura inferior que las regiones circundantes", es decir, un hoyo. Y fue ahí donde Nick cayó. Como por un túnel oscuro y asfixiante su viaje lo llevó al inframundo.
La primera vez que escuché un tema de Nick Drake me sentí como si estuviera de paseo por el paisaje más hermoso del mundo. Mi alma se enalteció ante lo sublime. Sentí que lo más esencial de mi ser se sintonizaba con lo más esencial del suyo, y esto nos hermanaba con tantos más, aquellos, los llamados, por una inexplicable razón, a sentir más que el resto. 
A las personas"extremadamente sensibles" todo les llega amplificado. Lo hermoso los devasta, porque lo sienten con tanta intensidad que lo resienten con el alma y con el cuerpo. 
Esta sensación de sentirse diferentes, vulnerables, en riesgo, les confunde. No saben si algo anda mal en ellos. Y las opiniones de los otros los abruman, sólo pueden escucharlas como críticas, lo que aumenta la sensación de "no ser capaces de hacerlo bien". Esto los lleva a aislarse y es en esta trampa donde se suelen sumergir en sus aguas más profundas sin volver a tener un contacto real con el resto. Es así como -yo imagino-  Nick se fue de este mundo, mucho antes de morir, diluido en las notas de alguna canción, horas y horas tocando su guitarra, la única que lo comprendía, lo acogía y le daba algo de paz. 
¿Pudo Nick (y tantos otros) haber salido de este hoyo? Categóricamente, SI.
La gran compañera de los extremadamente sensibles generalmente es la tristeza, una emoción irrenunciable ante algunas situaciones de la vida. Necesaria, hasta cierto punto, que después de él suele seducir para mantenernos atrapados y llevarnos a recorrer un peligroso camino: llanto, melancolía, desolación, victimización, autocompasión, encierro, oscuridad y muerte.
¡No! no es este el único camino. Se puede ser feliz sin renunciar a la sensibilidad. Se puede volver de la tristeza. Ir y venir sin salir perjudicado. Se puede llegar al éxtasis de la contemplación y volver. Abrazar la locura y volver. Caer en el profundo hoyo y volver. 
Nick vuelve, una y otra vez. Cada vez que alguien se maravilla con sus canciones, lo salva del olvido.
La tristeza es sólo una emoción, no un estilo de vida. Si lo comprendes habrás comenzado el camino de regreso...


viernes, 24 de noviembre de 2017

“La Tecnología nos está Desconectando y Esclavizando”

Hace siete años, alguien dijo que la socióloga estadounidense Amber Case (Portland, 1987) venía del futuro para contarnos en qué podríamos convertirnos si nos dejábamos seducir, sin reservas, por la tecnología. Fue después de una charla TEDx que la también definida como ciberantropóloga llamaba la atención sobre cómo los humanos estábamos dejando en manos de la tecnología demasiadas cosas importantes. La capacidad de memorizar, de recordar, de comunicarnos, de empatizar. Entonces, el uso de Whatsapp no estaba extendido, no existía Instagram y tampoco el concepto de imagen de marca aplicado a los individuos. Hoy, con todo esto sobre la mesa, Case reivindica volver a los básicos, a los objetos que duran; buscar espacios de reflexión y la tecnología calmada. Solo así, al recordar quiénes somos, podremos volver a conectar con nosotros mismos. “La naturaleza es la mejor diseñadora, tenemos que volver a inspirarnos en ella para vivir”, explicaba en su última visita a Madrid para la presentación de la nueva edición de la revista TELOS, de la que es portada.

¿Qué estamos haciendo mal?

Cuando me levanto por la mañana debo preguntarme si me dedico tiempo, si puedo meditar, dibujar, si escribo. Pero el caso es que mi día a día está tomado por las notificaciones del teléfono, del ordenador. ¿Entonces, qué tiempo de reflexión me reservo?

¿Y cómo resolvemos esto?

Dándonos espacios para pensar y viviendo experiencias reales. ¿Somos conscientes de la cantidad de alertas que nos rodean? Silencia el teléfono, desactiva las notificaciones. Ponlo en modo avión y decide tú cuándo quieres interactuar con él. ¡Recupera el despertador! Lleva un diario contigo, anota lo que haces, la gente con la que te cruzas, lo que te llama la atención. El cerebro sufre con la conexión constante. Haz un experimento si no lo crees: después de varias horas navegando, ¿serías capaz de recordar lo que has visto y cómo te has sentido?

Entiendo que la respuesta es que no…

No, así es, no se te queda nada en la cabeza. Y te preguntarás: ¿pero cómo puede ser, qué he estado haciendo tres horas?

¿La tecnología nos está fundiendo el cerebro?

La tecnología no es mala, pero su uso nos está desconectando y esclavizando. Llegamos a mirar el móvil de 1.000 a 2.000 veces al día. Tenemos que empezar redefiniendo nuestra relación con la tecnología: es una herramienta, muy útil, pero tiene que hacernos libres. El móvil es el nuevo cigarrillo: me aburro, lo miro. No mandes mensajes vacíos de emoción, invita a tus amigos a tu casa a cenar.

¿Observa alguna reacción en la sociedad ante esta hipnosis o vamos a peor?

Sí. Cada vez hay más casos de gente que necesita escaparse de esto, que ha estallado por la depresión, la ansiedad. ¡Muchos colegas tech se han ido a vivir a granjas, muchos incluso las han comprado! La gente necesita tener la experiencia de que está viviendo algo real. Y no es cuestión de romper con la tecnología sino de usarla de esta forma. Quizá podemos empezar ahora y evitarnos acabar en una granja.

O en un retiro de yoga o vipassana, que ahora se llevan mucho...

Sí, cuando hacemos algún retiro entonces nos damos cuenta de que tenemos tiempo para pensar (y muchas veces no nos gusta lo que vemos, nos angustia). Pero deberíamos poder hacerlo cada día, no condicionar estos espacios a tener dinero y poder pagar un retiro de yoga. Vivimos constantemente en atención parcial, nunca estamos presentes, por tanto no tenemos tiempo de reflexión.

Tampoco el horario laboral ayuda… al menos no en este país

La revolución industrial nació con ese concepto de que tienes que trabajar sí o sí más de 10 horas al día, pero con los móviles, además, sales y sigues trabajando. De ahí la importancia de desactivar las notificaciones, ¿acaso no nos merecemos tener libertad? ¿qué somos, robots sin derechos humanos? Esto es de locos y no debería permitirse. Francia lo ha limitado ya.

Pero entonces las empresas podrían decir que no somos productivos, o directamente que no nos gusta trabajar… 

Ni el trabajo ni la eficiencia mejoran la calidad de vida. Ser eficiente debería ser tener que trabajar menos. Y no solo trabajamos más sino que, como no estamos presentes, perdemos la noción del tiempo… Malo el jefe que considera que las horas trabajadas te hacen más o menos productivo. Nos vendieron que la tecnología nos haría la vida más fácil pero ahora trabajamos mucho más y tenemos menos tiempo de libertad.

Y esperamos a las vacaciones para tener esa libertad...

El problema de las vacaciones, cuando se trabaja de esta forma, es que en la desconexión uno se planta frente a una vida que no quiere. Repiensa su existencia entera, se promete que la va a estructurar, pero vuelve al trabajo y vuelve a no tener tiempo. Y el sistema nos exige ser creativos, innovadores, crear el futuro, pero la gente, sin espacios ni tiempo, sufre de ansiedad y depresión. Hay que parar y no solo en vacaciones. Antes lo conseguíamos, por ejemplo, leyendo un libro, pero cada vez se lee y se retiene menos, el cerebro se distrae.

Internet ayuda a conectar con más gente, a estar menos solos...

La sensación de estar conectado es como un espejismo peligroso. Te sientes solo, pero sientes que formas parte de un colectivo, por lo que no te dedicas tiempo. Y cuando por fin tienes tiempo para ti... te sientes fatal, porque te faltan experiencias auténticas. Al estar todo el rato conectados con otros nos olvidamos de que nosotros también contamos y nos merecemos tiempo en silencio, conectando con nosotros mismos.

Pero las redes ayudan a romper con la rutina, ver otros paisajes, países, restaurantes...

En redes tenemos que encajar, contarle a todo el mundo lo feliz que aparentamos ser. Pero no es auténtico, nadie se acuerda de ti cuando no publicas en redes. Internet es como Hollywood: en su caso, sin película de éxito no existes y en el mío, si no publico, no le intereso a nadie. Echo de menos las redes del principio de Internet, con pequeñas comunidades con gustos afines donde podías aún mucho más auténtico siendo anónimo.

¿Por qué cree que el anonimato en Internet nos hace más auténticos? 
¿No sería al contrario?

Todos cargamos el peso de tener que ser la personalidad que hemos decidido construir y no puedes salir de ahí, tienes que alimentar tus redes. No me gusta la concentración de Internet que existe. Abogo por una red más distribuida, no monopolizada, con relaciones más auténticas entre las comunidades. Donde se pueda controlar mejor el abuso, porque a una empresa grande no le importas y no te va a proteger. Y sobre todo, donde no quepan las noticias falsas.

El tema de las noticias falsas parece imparable en este punto...

Claro, porque a los anunciantes les importan las visitas, pero cambiaría mucho la cosa si éstos tuvieran en cuenta la veracidad de una información antes de poner ahí su anuncio. Si les importara la verdad, no pagarían al medio que publica noticias falsas.

¿Qué necesitamos para vivir de forma más auténtica?

Necesitamos más humanidad en los servicios cara al público. Y tenemos que recuperar el valor de las cosas, cosas que duren mucho tiempo y que sirvan para todos no solo para gente joven con poder adquisitivo alto, pues parece que ahora solo se fabrica para este sector. La mejor tecnología tiene que ser la que más dure y la de mejor calidad, no la que cambia rápido

Escuchándola hablar pareciera que no tiene en cuenta que el sistema está hecho para fabricar, usar y tirar...

Sí, pero el mercado tiene que repensarse porque los recursos naturales se agotan. Si buscamos la calidad, subirán los precios, pero lo que compres durará más. Las calm technologies están dentro de este movimiento de parar para vivir mejor, más despacio, de forma más orgánica, más natural…

¿La clave está en volver a vivir en la naturaleza?

Si tuviéramos en cuenta la naturaleza, si la imitásemos, si nos inspirásemos en ella, haríamos mejores creaciones y seríamos mucho más felices. Ella es la mejor diseñadora, siempre lo ha sido. En este mundo industrial estamos muy aislados pero todavía podemos aprender mucho de la tecnología para mejorar nuestra calidad de vida.

Fuente: https://retina.elpais.com/retina/2017/12/04/tendencias/1512390490_828991.html

miércoles, 22 de noviembre de 2017

"Give Me Love" George Harrison

Give me Love
Give me Love
Give me Peace on Earth
Give me Light
Give me Life
Keep me Free from Birth
Give me Hope
Help me cope, with this heavy load
trying to, touch and reach you with,
Heart and Soul

jueves, 16 de noviembre de 2017

"Lenguaje y Neurociencia: Al Cerebro le encanta el Lenguaje Positivo"

Despojarse de las palabras hirientes, autoritarias y poco respetuosas y adoptar otros términos, expresiones y gestos que transmitan cordialidad y entendimiento podría tener un poder transformador en nuestras vidas. Esta es la convicción que ha llevado al filósofo Luis Castellanos (Madrid, 1955) a estudiar desde la Neurociencia las bondades del lenguaje positivo, una de las claves de la nueva educación.
Hace 17 años Castellanos empezó a investigar, junto al neurocientífico Manuel Martín Loeches, los efectos que tienen en el cerebro las palabras que utilizamos, con el objetivo de crear estrategias innovadoras y soluciones prácticas que mejoren la vida, la salud y el bienestar. Actualmente, ambos forman parte del equipo de El Jardín de Junio, un centro con un Servicio de Inteligencia Lingüística en el que asesoran a equipos y profesionales que apuestan por la ética del lenguaje.
Castellanos es autor de los títulos, editados por Paidós, La ciencia del lenguaje positivo y Educar en lenguaje positivo. En este último trabajo explica los resultados del proyecto “Palabras Habitadas", que involucró alumnos, profesores y padres del IES "Profesor Julio Pérez", de Madrid, con resultados esperanzadores.

 ¿En qué consiste el empoderamiento lingüístico?

En ser capaces de habitar nuestras palabras y nuestra manera de actuar; que cuando pronunciemos una palabra, ésta salga del corazón, porque las palabras en sí mismas están vacías; no son un medio de comunicación, sino la conformación de nuestra historia.

¿Dónde nos encontramos?

Llevamos muchos siglos hablando de felicidad, amor, bondad, generosidad y esperanza, pero es como si el lenguaje se hubiera deshidratado. Tenemos que volverlo a regar evitando el sufrimiento a la gente, buscando la felicidad, viendo en diferentes perspectivas y siendo un poco más formidables desde la sencillez.

Quizás, ¿siendo más empáticos?

Está muy bien la capacidad de ponerse en el lugar de otro, pero creo que a la empatía hay que añadirle algo más: actuar en el tiempo de la persona por la que sentimos empatía; no vale decir “siento lo que tú sientes” y, después, abandonarte a tu suerte. Eso no es ayudar.

¿Cómo influye el lenguaje positivo en el cerebro?

En una investigación que publicamos en el año 2009 utilizamos palabras positivas, negativas y neutras para medir el tiempo de reacción de un grupo de deportistas de élite y estudiantes. Y lo que descubrimos es que al cerebro le encanta el lenguaje positivo porque reacciona más rápido que cuando escucha una palabra negativa, y esto significa que mejora la atención, la concentración y la creatividad del ser humano.

Por el contrario, ¿qué efecto tiene el lenguaje negativo en las personas?

Cuando un lenguaje entra en barrena, a los acontecimientos que estamos viviendo me remito, entramos en una mentalidad de la escasez. Sin darnos cuenta, empieza a escasear nuestro tiempo y se abarca un universo donde de repente desaparece otro universo, que es mucho más interesante. Hay ciertos estudios que deducen que, cuando esto ocurre, el coeficiente intelectual se puede reducir 14 puntos.

¿En el mundo abunda más el lenguaje positivo o el negativo?

El lenguaje negativo, porque nos ha hecho sobrevivir, como las emociones básicas. Por eso hablo de emociones evolucionadas en base a buscar un lenguaje positivo.

Para conseguirlo, usted ha inventado las listas de comprobación del lenguaje, 
¿en qué consisten?

En darte cuenta de cada palabra que utilizas para expresarte y, si no te gustan, ya puedes cambiarlas y elegir otras. No pronuncies cosas grandilocuentes porque eso no le llega a la gente: por ejemplo, no digas “todos tenemos que ser felices” porque te preguntarán “¿y cómo?”.

El cambio empieza por las pequeñas acciones…

Y en medirlas también. Cuenta las palabras positivas que dices a lo largo del día y los momentos alegres que vives; conoce tu lenguaje y, para ello, piensa en tres palabras positivas y tres palabras negativas que a menudo utilizas.

Un ejemplo.

Todo lo que empieza por “no”, expresiones como “no es bueno”, “tenemos que”, “esto no es así”, “es que esto que me estás diciendo…”, “tú tienes que”…. ¡Tenemos muchas palabras negativas!

¿Por qué tipo de expresiones sustituirlas?

Por expresiones como “sería bueno que encontráramos un camino para poder dialogar”.

¿Qué otros vicios cometemos al hablar?

Por ejemplo, muchas veces cuando me enfado utilizo palabras de autoridad, universales como “todo”, “siempre”, “nunca”, que son negativos porque no todo el mundo es de la misma manera, no siempre se actúa igual ni siempre ocurre lo mismo. Sobre todo en la relación con los hijos o la pareja salen este tipo de palabras.

¿Las listas de comprobación son el primer paso para cambiar nuestro modo de hablar?

Sí. Las listas de comprobación crean algo fundamental a nivel humano: la red de seguridad en el lenguaje. Muchas veces pongo casos extremos: padres que le dicen a sus hijos “si no apruebas, te doy un tortazo”. Un tipo de lenguaje con el que no damos seguridad a la gente, le metemos miedo, provocamos ira, tristeza. Crear una red de seguridad en el lenguaje es importante: no todas las palabras valen igual y no todas las palabras, aunque estén permitidas en el diccionario, se tienen que utilizar de una determinada manera.

¿Qué es la red de seguridad en el lenguaje?

A través de las listas de comprobación, es la capacidad de crear un sistema de lenguaje de atención, de vigilancia, que nos permita algo tan sencillo como no hacer daño con nuestras palabras.

En este objetivo de crear un lenguaje más constructivo, 
¿deberíamos censurar algunas palabras?

Yo no lo llamaría autocensura; es la capacidad de elegir, que es diferente. Tengo que aprender a elegir las palabras que utilizo porque una de las cuestiones fundamentales es decir la verdad. Pero a veces pensamos que la verdad es lo que yo digo en la forma en la que yo lo digo, y a menudo culpamos a los demás sin mirarnos a nosotros mismos.

¿Nuestro lenguaje nos delata?

A través del lenguaje se puede ver el tipo de vida de la persona que hay detrás. Hay muchas palabras oscuras, que ocultan destinos que quieren alcanzar; mucha intencionalidad que en un momento dado no sabes dónde te va a llevar.

¿Qué tipo de palabras oscuras existen?

Una palabra oscura puede ser hablar de libertad cuando no lo es, definirla de una determinada manera, o decir que la bondad es lo que él cree y ve (…) Bondad no es sólo decir que uno es bueno, sino no hacerte daño a ti mismo ni a los demás.

¿Qué es el factor de falseo lingüístico?

Cómo podemos hablar mal sin sentirnos por ello malas personas o cómo podemos actuar mal sin sentirnos por ello malas personas. Y cada vez va bajando el nivel de exigencia. Es como cuando alguien va a 80 km/ hora por la carretera donde debe ir a 50 km/hora, y al otro día alcanza los 120 km/h, atropella a alguien y dice: “¡Lo atropellé porque se me cruzó!”

¿Hasta qué ámbitos llega la falsedad en el lenguaje?

El factor de falseo lo podemos ver a nivel político y económico; las grandes políticas y las grandes economías tienen un factor de falseo elevadísimo, lo justifican absolutamente todo y no se sienten por ello malas personas. Los que lo utilizan recurren a menudo a argumentos como “porque la vida es así” o “porque el mundo es así” y “porque tenemos que actuar así” para defender, por ejemplo, que el banco tenga que expropiarte, que el político tome una decisión que apoye ciertas posturas económicas no adecuadas o políticas arriesgadas a nivel internacional, y así sucesivamente.

¿Y cómo intenta cambiar el lenguaje de estas personas?

Siempre que hablo con alguien con poder, le pregunto: “¿Qué historia de vida es la que deseas para tus hijos? ¿En qué mundo te gustaría que vivieran y, sobre todo, qué quieres aportar a ese futuro?” A no ser que tengan alguna enfermedad, alguna psicopatología o que sean psicópatas o narcisistas, entonces, tratar a este tipo de personas es más complicado.

¿Abundan los narcisistas y los psicópatas?

Hay un porcentaje de la población que es narcisista o psicópata, que no siente ni la más mínima empatía y es capaz de justificarlo todo. Al final, nos damos cuenta de que las personas que han llegado a altos niveles –de cuello blanco-, donde la maldad aparece camuflada, terminan haciendo mucho daño a la sociedad. Necesitamos un mundo mejor para nuestros hijos, ¡pues enseñémosles otras cosas!

Hábleme del proyecto “Palabras Habitadas”.

Lo hicimos en común entre familias, profesores y niños del instituto Julio Pérez de Rivas (Madrid). Nos marcamos la meta de conseguir ser consciente de nuestro lenguaje y cambiarlo durante el curso académico. Para hacerlo, creamos herramientas útiles a lo largo del proceso.
Después de preguntarles qué mundo querían para los niños, todos empezaron a tomar conciencia del lenguaje propio y del entorno familiar. Les advertimos que esto no les iba a hacer felices ni a evitarles el sufrimiento, sino que les ayudaría a enfrentarse de manera diferente a la vida; ver el lado favorable para construir. Vimos cambiar a profesores, padres y alumnos.

¿Qué deseo compartían la mayoría de padres y profesores?

Que todo el mundo fuera feliz, y yo les decía: “Feliz, ¿qué es? Un concepto, ¿y cómo se mide algo tan abstracto? Buscando el índice de alegría. De niños, somos muy alegres y, luego, gradualmente pasamos a ser poco alegres.

Según usted, ¿a qué se debe este cambio?

Tengo algunas teorías. Elegimos permanentemente sobre elementos que van a priorizar nuestra atención y tiempo: el trabajo, el dinero, los recursos; nos van metiendo en un mundo muy competitivo en el que nos vamos haciendo daño a nosotros mismos con las decisiones que vamos tomando sin darnos cuenta.
Hay una dualidad que se da mucho en los adultos: nos convencemos de que en el trabajo podemos ser malas personas porque tenemos que ganar dinero –el factor de falseo-; podemos gritar al otro, exigirle al moroso con malas formas y, luego, por la tarde buscarnos algo que “nos salve” de esa situación. Poco a poco vamos perdiendo la alegría, la capacidad de estar con nosotros, de entender el mundo y entramos en la rueda de la autojustificación y de la culpabilización de los demás, lo que nos impide evolucionar positivamente.

Una receta para solucionarlo…

A mí me gustaría que ganase más la capacidad de la alegría, la bondad y la amabilidad que la que nos hace perder la alegría. En todos los conflictos plantearnos: ¿Qué diez palabras no han aparecido y queremos que aparezcan?

¿Algún otro consejo?

Mide tu alegría. Sería bueno saber cuántos minutos al cabo del día hemos sido alegres, con quién o con qué. Y a veces descubrimos que no llega ni al 1% de nuestro tiempo, a pesar de que la alegría es la base de la felicidad: la capacidad de sonreír, de ser amables, de compartir. Es un buen elemento para saber quiénes somos.


Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20171114/432864017144/lenguaje-positivo-luis-castellanos.html

miércoles, 15 de noviembre de 2017

"Amigos del Alma"


En el mundo de los vínculos, ahí donde hacemos comunión, las relaciones de amistad han de ser las más poéticas, alegres, mágicas y entrañables.
Todos hemos tenido al menos un amigo (eso espero), por lo tanto, hacer una definición de amistad está un poco de más. Pero tengo una fijación con la etimología y me gusta buscar el origen de los conceptos guardado en sus letras. Revisar la etimología me ayuda a comprender más la "energía" sagrada de la palabra.
Buscando, encontré lo siguiente:
Una etimología poética dice que viene de animi (alma) y custos (custodia), o sea el "guarda-alma". Otra, dice que la palabra "amigo" proviene del griego "a"=sin y "ego"=yo. Entonces quiere decir "sin mi yo". 

En el trayecto de la vida, bastante largo las más de las veces,  los padres parten antes que nosotros; los hijos emigran; cambiamos de compañeros de estudio, de trabajo, de vecinos, de ciudad; de piel, incluso. Pero los AMIGOS DEL ALMA, permanecen. 
En la amistad hay una especie de manantial, donde, por una parte, no deja de brotar cristalina una energía amorosa que nos da una de las pocas certezas de esta vida: esa persona nos quiere, le importamos, nos lleva en un pequeño, pero fundamental bolsillo de su corazón. Es algo que está integrado, no hay que pensar en ello, está ahí, siempre. Y nosotros lo sabemos y lo sentimos. 
Por otro lado, en ese manantial vamos a lavar nuestra heridas. Cuántas veces has caído en la "oscura noche del alma" y el encuentro fortuito (o la intuición del amigo) te han puesto a esa persona especial en tu camino para decir "está todo bien, ya estoy aquí"?. 
En esa vulnerabilidad plena no hay pudor de mostrarse despojado de ego, no al menos, frente al amigo.
Pero el amigo también es fiesta, es alegría y risas, es la celebración del encuentro, es el misterio de la comunión. Es confianza, afinidad y tiempo de recreo. 
Cuando vas por la vida decepcionado de todo y aparece el amigo queriendo arreglar tu mundo, muta la amargura en dulzura. Si la soledad te llena la cabeza de pensamientos catastróficos, una broma del amigo hace explotar la oscura nube.
De todas las plantas del huerto de nuestras emociones, la que menos agua y fertilizantes necesita, es la amistad. Porque crece independiente de nuestros cuidados. 
El amigo del alma perdona nuestros pecados, intuye nuestras virtudes, valora lo que somos tal como lo somos, recorre grandes distancias sólo para...estar contigo. 
Por arte de magia, sin discursos ni concursos, purifica tus emociones y porque te ama, te sana. 


domingo, 12 de noviembre de 2017

"Lo Amoroso como Terapia"


He llegado a la conclusión de que no se puede amar a todo el mundo ni, menos, amar todo el tiempo. Tal vez alguien pudo, en el pasado, pero me suena más a mito que a realidad. 

Lo que sí creo es que uno puede relacionarse con el otro desde "lo amoroso". 
He leído la etimología de la palabra "amoroso", he buscado el significado, pero nada de ello representa lo que significa para mí.
Me referiré a "amoroso" por aquello que expresa afecto, amabilidad, consideración, respeto, confianza, dulzura, comunicación sutil, generosidad y transparencia. Muchas personas que dicen amar no saben aplicar ninguna de estas habilidades. Por tanto, "amor", no es lo mismo que "lo amoroso".
¿Por qué toco este tema? Porque ahí está la base de mi relación con mis consultantes. 
Yo veo lo amoroso como un papel de regalo con hermosas ilustraciones, colores limpios e intensos y bastante firmeza, para poder envolvernos a ambos en un rinconcito del mundo donde nadie pueda enterarse de los secretos, miedos, aprehensiones, pudores, culpas, carencias...de este "otro" que viene por ayuda.
Lo amoroso valida. Lo amoroso no juzga. Lo amoroso no tiene esquemas. Mi quehacer terapéutico es amoroso porque crea una especie de "hogar emocional".
Tengo estudios y práctica, pero lo que más resultados me da, no es la teoría ni lo aplicado en otros con buenos resultados.  Sino la comunicación coloquial y relajada, sin jerarquías ni normas. Simplemente hablamos...¡Cómo hace bien que nos escuchen!!!
Lo amoroso en la terapia no es decir "te amo",  usando y abusando de la palabra. No es hacer promesas ni "domesticarnos" para crear lazos. Es, durante el acotado tiempo donde ese otro abre el saco donde ha guardado sus emociones  -a veces por toda una vida- HUMANIZARLO y hacer un reconocimiento a su esfuerzo, porque la mayoría de las veces ha llegado a duras penas, a tientas, con mínimas herramientas, para PEDIR AYUDA porque no encuentra el camino hacia la felicidad, hacia la Paz, hacia el encuentro del más profundo Sentido de su vida.
A hacer esto no se aprende en los libros, sino habiendo estado del otro lado del telón.
Cuando he estado desintegrada, agotada, perdida y sin fuerzas, no es una pastilla o un profesional que se toma 20 minutos para hacer preguntas de memoria y dar respuestas estereotipadas quien me ha salvado. Ha sido un abrazo, ha sido una palabra dulce que me ha abierto la compuerta de mi inmensa represa de lágrimas. Ha sido un amigo o amiga, desde lo amoroso, quien me ha tirado la soga para salir del abismo. No hay mejor terapeuta que el que nos toma de los hombros, nos lleva frente al espejo y nos muestra desde su amorosa percepción de nosotros mismos, a nosotros mismos, para que veamos qué grandes que somos!.
Durante mi sesión terapéutica, fuera formalidades, si te molestan los zapatos, pues...sácatelos!! Si te viene un hambre incontrolable, pues...come!!! Si no quieres, o crees que no quieres, llorar, pero la garganta te duele y los ojos se te enrojecen, pues....llora!!! Y si te da ataque de risa...pues, riamos!!!

Tendremos un iglú terapeútico si estás congelado. Tendremos una lancha terapeútica si vas a la deriva. Será un avión terapéutico si no sabes cómo aterrizar. 
Si te sientes incómodo entre 4 paredes, haremos la sesión al aire libre. Si te molesta la luz,  bajamos la intensidad. Si te sientes incómodo con la puerta abierta, con el aire acondicionado o con la disposición del sillón, haremos todos los cambios que sea posible hacer, porque estoy recibiendo una "visita ilustre" y agradezco enormemente que haya puesto toda su confianza en mi trabajo. 
Mi estrategia terapeútica es, en una palabra, "amorosa". Después viene el conocimiento, la experiencia, la aplicación de la teoría e, incluso, la intuición.
Cuando abro la puerta de mi consulta, lo que veo es a una persona. Cuando la voy a despedir, quien se aleja, es un Alma. ¡Cuánta Belleza hay en ello!