domingo, 12 de noviembre de 2017

"Lo Amoroso como Terapia"


He llegado a la conclusión de que no se puede amar a todo el mundo ni, menos, amar todo el tiempo. Tal vez alguien pudo, en el pasado, pero me suena más a mito que a realidad. 

Lo que sí creo es que uno puede relacionarse con el otro desde "lo amoroso". 
He leído la etimología de la palabra "amoroso", he buscado el significado, pero nada de ello representa lo que significa para mí.
Me referiré a "amoroso" por aquello que expresa afecto, amabilidad, consideración, respeto, confianza, dulzura, comunicación sutil, generosidad y transparencia. Muchas personas que dicen amar no saben aplicar ninguna de estas habilidades. Por tanto, "amor", no es lo mismo que "lo amoroso".
¿Por qué toco este tema? Porque ahí está la base de mi relación con mis consultantes. 
Yo veo lo amoroso como un papel de regalo con hermosas ilustraciones, colores limpios e intensos y bastante firmeza, para poder envolvernos a ambos en un rinconcito del mundo donde nadie pueda enterarse de los secretos, miedos, aprehensiones, pudores, culpas, carencias...de este "otro" que viene por ayuda.
Lo amoroso valida. Lo amoroso no juzga. Lo amoroso no tiene esquemas. Mi quehacer terapéutico es amoroso porque crea una especie de "hogar emocional".
Tengo estudios y práctica, pero lo que más resultados me da, no es la teoría ni lo aplicado en otros con buenos resultados.  Sino la comunicación coloquial y relajada, sin jerarquías ni normas. Simplemente hablamos...¡Cómo hace bien que nos escuchen!!!
Lo amoroso en la terapia no es decir "te amo",  usando y abusando de la palabra. No es hacer promesas ni "domesticarnos" para crear lazos. Es, durante el acotado tiempo donde ese otro abre el saco donde ha guardado sus emociones  -a veces por toda una vida- HUMANIZARLO y hacer un reconocimiento a su esfuerzo, porque la mayoría de las veces ha llegado a duras penas, a tientas, con mínimas herramientas, para PEDIR AYUDA porque no encuentra el camino hacia la felicidad, hacia la Paz, hacia el encuentro del más profundo Sentido de su vida.
A hacer esto no se aprende en los libros, sino habiendo estado del otro lado del telón.
Cuando he estado desintegrada, agotada, perdida y sin fuerzas, no es una pastilla o un profesional que se toma 20 minutos para hacer preguntas de memoria y dar respuestas estereotipadas quien me ha salvado. Ha sido un abrazo, ha sido una palabra dulce que me ha abierto la compuerta de mi inmensa represa de lágrimas. Ha sido un amigo o amiga, desde lo amoroso, quien me ha tirado la soga para salir del abismo. No hay mejor terapeuta que el que nos toma de los hombros, nos lleva frente al espejo y nos muestra desde su amorosa percepción de nosotros mismos, a nosotros mismos, para que veamos qué grandes que somos!.
Durante mi sesión terapéutica, fuera formalidades, si te molestan los zapatos, pues...sácatelos!! Si te viene un hambre incontrolable, pues...come!!! Si no quieres, o crees que no quieres, llorar, pero la garganta te duele y los ojos se te enrojecen, pues....llora!!! Y si te da ataque de risa...pues, riamos!!!

Tendremos un iglú terapeútico si estás congelado. Tendremos una lancha terapeútica si vas a la deriva. Será un avión terapéutico si no sabes cómo aterrizar. 
Si te sientes incómodo entre 4 paredes, haremos la sesión al aire libre. Si te molesta la luz,  bajamos la intensidad. Si te sientes incómodo con la puerta abierta, con el aire acondicionado o con la disposición del sillón, haremos todos los cambios que sea posible hacer, porque estoy recibiendo una "visita ilustre" y agradezco enormemente que haya puesto toda su confianza en mi trabajo. 
Mi estrategia terapeútica es, en una palabra, "amorosa". Después viene el conocimiento, la experiencia, la aplicación de la teoría e, incluso, la intuición.
Cuando abro la puerta de mi consulta, lo que veo es a una persona. Cuando la voy a despedir, quien se aleja, es un Alma. ¡Cuánta Belleza hay en ello!


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