miércoles, 21 de septiembre de 2016

Edward Bach: Alquimista e Iniciado, por Luis Jiménez


"La cultura mundana sigue el simple acopio de datos; la religiosa sigue determinadas reglas; la superior se basa en el autodesarrollo" Hujwiri

Siempre que he podido he puesto de manifiesto la necesidad de concretar los aspectos que definen a la Terapia Floral como Ciencia autónoma, alejada de las presiones que recibe de otras ciencias como la medicina o la psicología, que han brindado un gran apoyo en estos 80 años de vida de la Terapia Floral, pero que han limitado su propio fundamento. Por alguna razón, y entiendo que ha sido por amor al desarrollo de lo que ahora compartimos todos los terapeutas florales, a pesar de todas las referencias a los postulados de los grandes sabios de la humanidad, de las grandes tradiciones y de un conocimiento más “espiritual” que “científico” en los textos que han dado fundamento al desarrollo de nuestro “Arte”, la denominada Terapia Floral, se ha vinculado más a la ciencia moderna, que a la verdadera tradición del Arte de la que surgió. 

Es triste ver como los estudiantes de Terapia Floral ignoran la verdadera fuente de la que Bach bebió, por ello desentrañar las insinuaciones que Bach apunta en su única obra editada “Los doce sanadores y otros remedios”, así como en sus escritos y conferencias, ha sido una de las tareas que he asumido en éstos últimos años:
El camino del discípulo, la ciencia del Alma, la reencarnación, la evolución, los trabajos de la personalidad para encarnar al Alma... 
Estos temas que aparecen en la obra de Bach de manera contundente, por la necesidad de transmitir, en un momento de su vida, la síntesis de años de investigación, reflexión e intuición, en ocasiones, dificulta la comprensión de todos los que no vivimos desde el mismo lugar o no hemos tenido la misma formación simbólica-alquímica. Sin embargo, todos hemos aceptado sus escritos, intuyendo que se sustentan en una gran verdad y como presagio de una visión que, poco a poco, irá calando en los seres humanos hasta convertirse en una realidad convencional.

Historia de la terapia floral, un olvido que rompió el linaje


Si sobrevolamos la historia de la Terapia Floral, veremos que tras la muerte de Bach y hasta 1.978 con el fallecimiento de su inestimable colaboradora Nora Weeks, se mantiene una línea similar a la que Bach desarrollara en vida, podemos decir que en esta etapa se expandió el conocimiento genuino que sus colaboradores pudieron integrar. No sabemos realmente cuáles eran las propuestas y en que se basaba su trabajo, si existía o no un compromiso similar al que Bach mantenía en vida con las directrices de su trabajo iniciático, pero ahora podemos insinuarlo al conocer las reuniones de los colaboradores de Bach, gracias la infatigable búsqueda de Lluis Juan Bautista que ha culminado con la edición en castellano de libro de Mary Tabor “Fiel a ti mismo”. En este libro podemos apreciar que los contenidos de las reuniones apuntan hacia el desarrollo de la conciencia, la vida virtuosa desde la fidelidad interior y el despertad a la verdadera dimensión del Alma. Como veremos todos estos preceptos, propuestas o propósitos han sido los fundamentos de todas aquellas instituciones, congregaciones o círculos donde se buscaba la “Verdad”, como sinónimo de “Libertad”. 

En el tintero se quedarán muchas preguntas, como siempre, porque los espacios no son infinitos y hemos de buscar la síntesis para rescatar lo prioritario: pero ¿por qué no se ha desarrollado el conocimiento Hermético que Bach despliega en su obra? ¿Por qué se ha separado la propuesta de Bach de la “Tradición Hermética Occidental y se ha insistido tanto en que Bach era médico cuando él mismo rechazó ésta definición para sí mísmo? 
Si es evidente por los hallazgos y manifestaciones de sus contemporáneos, incluida su inseparable “biógrafa” Nora Weeks, que Bach perteneció a varias logias masónicas. ¿Por qué, sin embargo este hecho se presenta como anecdótico, desvinculando cualquier pensamiento floral de esta insigne tradición del saber Humano? 
Porque, desgraciadamente, los contenidos de la obra de Bach han estado permanentemente custodiados por personas ajenas a este tipo de saber, o temerosas de su divulgación. Por lo que hasta ahora no se ha incidido sobre su esencia iniciática.

El pensamiento masónico en la obra de Bach


La obra de Bach se ha desarrollado bajo un prisma “medicalizado”, con esto no quiero decir que hayan sido médicos lo que lo han hecho, si no que el pensamiento médico ha estado conduciendo el desarrollo de nuestra ciencia. De ésta forma o bien a través de la homeopatía, psicología, psiquiatría o medicina, es decir bajo el pensamiento de la erradicación de los síntomas y no del desarrollo evolutivo del Alma a pesar de ellos. Es por esto que textos como el que a continuación destacamos han quedado relegados a lo anecdótico, a lo exótico en la obra de Bach, cuando en realidad deberíamos tenerlos presentes como los pilares de nuestro “Arte”:

"La verdadera paz del Alma y de la mente está con nosotros cuando progresamos espiritualmente… …son muchos los indicios de que esta civilización ha comenzado a pasar de una era de puro materialismo a desear las realidades y las verdades del universo. El generalizado y creciente interés actual por el conocimiento de las verdades metafísicas, el creciente número de los que desean información sobre la existencia anterior y posterior a esta vida, el hallazgo de métodos para vencer la enfermedad por medio de la fe y técnicas espirituales, la búsqueda entre las antiguas enseñanzas…
La curación pasará del dominio de los métodos físicos para tratar el cuerpo físico a la curación espiritual y mental, que, aportando la armonía entre el Alma y la mente, erradicará la verdadera causa básica de la enfermedad, permitiendo que después, en caso necesario, se utilicen medios físicos para completar la curación del cuerpo.
El médico del futuro deberá tener dos grandes objetivos. El primero de ellos será el de ayudar al paciente a conocerse a sí mismo e indicarle los errores fundamentales que puede estar cometiendo, las deficiencias de su carácter que debe remediar, y los defectos de su naturaleza que debe erradicar y sustituir por las virtudes correspondientes. 

Semejante médico deberá ser un gran estudioso de las leyes que rigen la humanidad y de su propia naturaleza humana, para que pueda reconocer en todos los que acudan a él aquellos elementos que causan un conflicto entre el Alma y la personalidad. Deberá ser capaz de aconsejar al paciente cómo restablecer la armonía necesaria, qué acciones contra la Unidad debe dejar de realizar y las necesarias virtudes que debe desarrollar para borrar sus defectos. Cada caso requerirá un cuidadoso estudio, y sólo los que hayan dedicado gran parte de su vida al conocimiento de la humanidad y en cuyo corazón arda el deseo de ayudar, serán capaces de emprender satisfactoriamente este glorioso y divino trabajo para la humanidad, abriendo los ojos al que sufre e iluminándolo sobre su razón de ser, e inspirándole la esperanza, el consuelo y la fe que le permitirán vencer su enfermedad..."

Podemos destacar en éste escrito un verdadero sentido trascendente. Nadie podría decir que hasta un año antes Bach sólo escribía sobre vacunas, toxemia y sintomatología médica, bacteriológica u homeopática. Hasta febrero de 1.930 la obra del Dr. Edward Bach estaba centrada en la enfermedad y en la búsqueda de un remedio eficaz que la desterrase de la Tierra, su investigación se centrada en los procesos fisiológicos que llevaban a la enfermedad. Su carrera evolucionaba hacia la cumbre de un ejercicio profesional impecable, basado en la excelencia médica, y nadie hubiera sospechado, si no hubiese dado los pasos que más tarde dio, que en su faceta “oculta” (en su inconciente, su lado más femenino o ánima) Bach estaba siendo iniciado en los “Misterios”. 

 Sabemos que Bach perteneció a diversas logias masónicas hasta 1930 que dejó su participación activa, aunque no su vinculación como pone de manifiesto el hecho de que su última conferencia pública (24 de septiembre 1.936, a un mes de su muerte) se celebrara en el “salón masón de Wallingford”.
Toda la enseñanza iniciatica que Bach recibió en las tres etapas que llevan al neófito hasta la maestría, aparece más tarde en “su primer trabajo de trasmisión” cuando ya ha sido dispensado del silencio y se dedica a transmitir la enseñanza dentro del campo de servicio vocacional.
En Algunas consideraciones fundamentales sobre la enfermedad y la curación, publicado en Homeopathic Journal en 1.930, tras dejar Londres y las logias que durante tantos años le habían nutrido, Bach se manifiesta abiertamente sobre el trabajo evolutivo discipular, anunciando que solo en unos pocos se vislumbra “el nacimiento del deseo de servir a los demás”, y a esos los considera discípulos:

“…Nuestra evolución empieza como bebés recién nacidos, sin conocimiento, y con todo el interés centrado en nosotros mismos. Nuestros únicos deseos son comodidad, alimento y calor. Cuando avanzamos aparece el deseo de poder, y durante un tiempo seguimos estando auto centrados, deseando sólo nuestro propio beneficio y las ambiciones mundanas.
Después llega el momento decisivo: el nacimiento del deseo de servir a los demás, y entonces comienza la batalla, ya que en el curso de nuestra posterior evolución debemos invertir el interés propio en desinterés, la separación en unidad, para obtener todo el conocimiento y la experiencia que el mundo pueda enseñarnos; y transmutar todas las cualidades humanas en sus virtudes opuestas…”

… No importa nuestra etapa en la evolución, si estamos en los comienzos o somos discípulos…

Desde este escrito en adelante, el proceso que Bach vive y las etapas en la consecución de su obra, desde 1930 hasta el 36 con su muerte, es un vía crucis iniciático. No quiero decir que las etapas anteriores no lo fueran, pero en este periodo de “siete años” se incrementa sobremanera su proceso interior con un hecho fehaciente que pone de manifiesto su progreso: su sistema basado en la búsqueda del Lapis psilosophorum, o la integración de las partes del inconciente en la plenitud del sí mismo. La simbiosis adentro-afuera, proceso interno, elaboración externa, va pareja a la historia de cualquier alquimista del pasado y del presente. La propia Nora Weeks describe el padecer psíquico y físico de Bach emparejado con sus descubrimientos y los estados psicológicos correspondientes, mientras descubría y elaboraba el remedio adecuado para ese estado. En este sentido nos relata en su libro “los descubrimientos del Dr. Bach:

…Los últimos seis meses (Bach) había padecido mucha tensión. Había descubierto y preparado dieciocho remedios y previamente a cada descubrimiento había padecido un sufrimiento psíquico y físico tan serio que quedó agotado y débil. Sólo los que trabajaron y vivieron junto a él pudieron apreciar el coraje y la determinación casi sobrehumanos que necesitó para soportar esas experiencias.

En estos textos Nora se está refiriendo a la segunda etapa de su obra, la etapa “Solve” como la he denominado, para todos más conocida como la fase de “ebullición”, donde Bach en seis meses escasos elabora los 19 “nuevos remedios” En esta fase es evidente que Bach se está apagando, disolviendo, o despersonalizando. 

Su vida cada vez está más eclipsada por su obra o lo que es lo mismo “ya no tiene vida” porque como todos los grandes místicos la han entregado. No tiene vida tal como entiende la vida una persona de nuestro tiempo. Su vida y su obra se confunden en un todo cerrado poniendo de manifiesto su máxima: ¡Servicio! 
Este es el precio que Bach pagó, como otros muchos, por desvelar los misterios, por rasgar los velos y como Prometeo traer un poco de fuego a la humanidad.

Bach no fue el primero ni el único.

Edward Bach es un continuador del “Arte” un iniciado que recibió la “Baraka” de manos de otros iniciados a través de su periplo Masón. Pero por alguna razón veló su conocimiento, sobre todo en sus últimos años de vida, quizás por la cercanía de su muerte, por la poca aceptación de sus escritos iniciáticos, o por la necesidad de “vulgarizar” su obra para que se expandiera más fácilmente. 

La elaboración de los 38 remedios en dos etapas: solar-ebullición=coagula-solve con 19 remedios en cada vía, pone de manifiesto una estructura definida, una idea que desde el comienzo se asienta en un conocimiento arquetípico ancestral compartido por los conocedores del “Arte”, que ha sido custodiado por un núcleo de iniciados en el devenir histórico de la humanidad y que Bach popularizó a través de su propuesta. 

Veamos los pasos en la obra de Bach y su paralelismo con la sabiduría Hermética:

1. Los 12 sanadores: vinculados a las 12 tipologías de personalidad, 12 lunas astrológicas, 12 virtudes del alma emparentadas con las expresiones caracterológicas de los 12 apóstoles de Jesús, las tendencias estructurales y sociales de las 12 tribus de Israel o las pruebas iniciáticas que cada uno de los discípulos deberá trascender como Hércules en sus 12 trabajos hasta llegar a la Iniciación:

Impatiens
Gentian
Cerato
Clematis
Vervain
Centaury
Scleranthus
Chicory
Agrimony
 Mimulus
Water Violet
Rock Rose.

2. Los 4 ayudantes: 

Los 4 elementos clásicos de la alquimia: Fuego-Aire-Tierra-Agua, en paralelo con las percepciones y tipologías primarias de Jung: Intuición-Intelecto-Sensación-Emoción o los 4 humores Hipocráticos emparentados con los temperamentos: colérico-sanguíneo-melancólico-flemático:
Gorse
Heather
Oak
Rock Water.
3. 3 ayudantes más

Las 3 fuerzas primarias que dan forma a todo lo que existe y están representadas en: 
Las 3 fuerzas alquímicas Sulphur-Mercurius-Sal o Espíritus Mundi dependiendo si se alude al equilibrio de las fuerzas encarnadas o a la precipitación del Espíritu Santo sobre la materia. 
Las 3 áreas del inconciente de Jung: Animus-Ánima-Sí mismo o la representación trinitaria de cualquier panteón histórico en la humanidad: Isis-Osiris-Horus; Brhatma-Shiva-Vishnu; Kheter-Jokmah-Binah; Caos-Gea-Eros. Padre-Hijo-Espíritu Santo, entre otros y por último los 3 símbolos eucarísticos de la tradición Mitráica que han desembocado en el cristianismo: El Pan-El Vino y El Óleo sagrado de la santa unción: Wild Oat
Vine
Olive.
4. Los 7 ayudantes: La unión de los 4 y los 3 que completan el septenario filosófico, los 7 Planetas Ptolemaicos, los 7 Metales alquímicos, los 7 Vicios y Virtudes, los 7 Rayos de la Teosofía: 

Wild Oat
Vine
Olive
Gorse
Heather
Oak
Rock Water. 
Y así se cierra la primera fase de la obra con 19 elementos que pueden sintetizarse cabalísticamente en la Unidad: 19, 1+9= 10 1+0= 1 Plenitud. Encarnación consciente. Conciencia del Alma.

5. Los 19 nuevos remedios y duplicación especular de los 19 primeros: que redondea el círculo, con las 19 dualidades hermanadas, sellando con la última llave la entrada a los misterios de les argotiers. Un principio que se transforma en dualidad, para que la trinidad insufle su vida sobre el cuaternario que en su fusión de los elementos dos a dos alcanzará la totalidad en cada personalidad.


Aquellos que conocen el idioma de los pájaros y tienen el don de lenguas, solo para ellos estaba escrito, y a los ojos de la candidez y la inocencia la res simplex se devela. 

Muchos confundieron este estado trascendente de fusión con lo arquetipico en el unus mundus, tercera etapa de desarrollo en la vía iniciatica de los alquimistas, donde Bach penetró tras despojarse en la “noche” de todo lo que no era y poder así trasmitir la idea, con la ignorante expresión de la simpleza como desconocimiento o desidia por el saber, poniendo en boca de Bach la expresión sacada de contexto en sentido lingüístico simbólico: que hay que ser “simple” o mantener “simple” su obra, que no es necesario investigar o reflexionar sobre su legado. Es evidente que hablamos otro idioma que la “visión” que queremos trasmitir en nada se parece a la idea “original” que los custodios de la obra de Bach han querido mantener a salvo. Para el que no tiene un conocimiento hermético la obra de Bach es solo lo que nos han querido contar, no quiero decir con esto que sea lo que ahora describo, pero seguro que se acerca más a la realidad intuitiva de Bach que lo que nos han relatado desde su visión médica.

Cerrando el círculo, los 19 nuevos remedios

Los estados psicoemocionales relacionados con los 19 nuevos remedios, son evolutivos y nacen o parten de las 12 tipologías primarias, únicas, que tienen como dice Bach un positivo y un negativo, o lo que es lo mismo: 12 maneras de amar y de temer en la parte tipológica inicial, que evolucionan al ampliar la conciencia, o explorar el basto territorio de la psique cuando ha nacido: “…el deseo de servir a los demás”, llegando a extremos irreconocibles para el que no se haya internado en ellos. Los demás estados, es decir los relacionados con los 26 remedios restantes, están asociados a las 12 tipologías de personalidad, son, podríamos decir, desvíos, cronicidades para los 7 ayudantes, que parten de una de las 12 tipologías y evoluciones a partir de la misma “onda de forma tipológica-arquetípica” en los denominados 19 nuevos remedios. 

Más concretamente en las 12 tipologías evolutivas, como las denomino, ya que los otros 7 nuevos remedios están relacionados con los ayudantes “del otro lado” que cumplen una función similar a los 7 ayudantes del lado tipológico. Si lo plantemos así, nos acercamos a la manera tradicional que han tenido los conocedores del “Arte” de presentar los pasos en el descenso y ascenso de la conciencia, veremos un sistema conectado integrado en la verdadera naturaleza del trabajo del ser humano en la Tierra. Tendremos un mándala iniciático que nos permitirá contemplar el viaje del Alma, y los pasos consecutivos que tendrá que dar la personalidad para “Encarnar concientemente” y sentir el Alma en el cuerpo. Esto será según la tradición cuando se celebren las bodas alquímicas y se viva en la unidad del sí mismo, cuando el ánima y el animus sean uno y el hermafrodita, humano completo, se exprese libremente en la Tierra. Para nosotros cuando la dualidad: Vine-Olive, se integre conscientemente en Wild Oat y el “discípulo” inicié la “batalla” … , ya que en el curso de nuestra posterior evolución debemos invertir el interés propio en desinterés, la separación en unidad, para obtener todo el conocimiento y la experiencia que el mundo pueda enseñarnos; y transmutar todas las cualidades humanas en sus virtudes opuestas…” Esta evolución se realiza en “el otro lado” en la parte solve, donde se diluye el que hasta entonces se denominó “Yo” partiendo de la muerte aceptada representada simbólicamente por la trilogía Willow-Sweet Chestnut- Star Of Bethlehem. Los detalles no puedo desplegarlos aquí, por una cuestión de espacio editorial, las fases de trabajo iniciático, el desarrollo paulatino y los remedios como elementos alquímicos en el proceso de desarrollo, quedan para otra ocasión, como también las correspondencias y el porqué de ellas. 

Fuente: https://www.facebook.com/notes/luis-jim%C3%A9nez-fondoazul-m%C3%A1laga/edward-bach-alquimista-e-iniciado-por-luis-jim%C3%A9nez/231919556840675


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