domingo, 11 de septiembre de 2016

¿Cuánto sabemos acerca de nuestras Emociones? Una luz de esperanza para Nathaly



Nathaly llevó a su hija al consultorio. La habían mandando del colegio porque estaba presentando algunos problemas de conducta.
Una auxiliar paramédico le hizo algunas preguntas, buscó en un listado y de acuerdo a los "síntomas" agregó esencias a un frasco.
- Se desconcentra?
- Sí, respondió Nathaly. 
Y la auxiliar buscó en su lista y agregó dos gotas de un frasco.
- Anda de mal humor?
- Mmmm, sí, respondió Nathaly.
Y la auxiliar repitió el gesto. 
Así hasta sentir que la fórmula estaba lista.
"Estas son flores de Bach", le dijo. Y terminó su trabajo entregándole instrucciones para su uso.
Es importantísimo destacar que esta no es la forma en que se aplica la Terapia Floral, las esencias florales no trabajan los síntomas, sino a la persona que los padece. De este modo, no es en un listado donde vamos a encontrar el modo en que el paciente vivencia sus síntomas. Que, lógicamente, para cada persona es diferente.
Nathaly no tuvo nunca la sensación de que estas gotas hicieran algún efecto en su hija, pero la idea de que tal vez a ella le pudieran servir le quedó dando vueltas.
Buscó en internet, escribiendo las palabras "flores de Bach" y "Requínoa" y del listado que apareció, le llamó la atención mi currículum. Vio que yo trabajé en el mismo consultorio al que había llevado a su hija y entró a mi blog para revisar la información que ahí había.
Le hizo mucho sentido un artículo sobre el grupo  floral "Desinterés en lo Actual", que publiqué hace un tiempo y una vez que terminó de leerlo, me llamó.
Coordinamos una visita y cuando llegué a su casa me mostró unas hojas: imprimió el artículo y tenía destacados en rosado algunos párrafos.
Me contó que desde los 10 años nunca más había vuelto a ser feliz. Eso es todo lo que podía decir acerca de sus padecimientos. Alguna vez fue al sicólogo, también al siquiatra, pero nada cambió, y desistió. 
Ahora se pasa los días encerrada, haciendo sólo lo justo y necesario y durmiendo. Durmiendo lo más que pueda. 
Pero cuando sucedió el evento de su hija en el consultorio, algo extraño pasó en ella. Una pequeña luz de esperanza le mostró un camino. 
Y llegó a mí.
Suelo pedir al viento - no sé quién será el encargado de escucharme- que si en alguna parte hay una persona que está sufriendo, que no logra encontrar ayuda, o al menos no la que está necesitando, y que si yo sí puedo, siendo un canal entre ella y la sanación (a través de las flores) que venga a mí.
Me contó que al leer el artículo, le corrían las lágrimas, porque ahí estaba escrito exactamente lo que ella ha sentido toda la vida pero que jamás había podido ponerle palabras. 
Ella no sabía lo que sentía. 
Nathaly no tenía idea acerca de qué emociones la habitaban. 
Ahora las conoce. Ahora se conoce un poco más. Ahora tiene esperanzas.
Le expliqué que es el tiempo de trabajar en ella. Y que yo sólo soy una compañera de viaje en esta gran aventura que ha decidido comenzar. 
Sus ojos brillaron como diamantes.
Solemos confundir sentimientos, emociones y sensaciones. Solemos restar importancia a lo que nos está pasando, comparándonos con otros que resuelven (aparentemente) sus vidas con mucha más inteligencia y efectividad que nosotros. Solemos sentirnos defectuosos. Atípicos. Incapaces. Exagerados. Y nos enfocamos en lo que "se supone" que deberíamos sentir y emocionar y no en lo que realmente nos está pasando. 
No se supone nada. Lo que nos pasa, nos pasa. Y si no lo sabemos, si no conocemos nuestras emociones, nuestras motivaciones, nuestros desencuentros con nosotros mismos, acaecidos generalmente a muy temprana edad, cómo vamos a gestionarlos?.
Por eso el Dr. Ricardo Orozco ha llamado a las flores de Bach "inteligencia emocional líquida". Ellas lo hacen por nosotros hasta que aprendamos y seamos capaces de hacerlo por nosotros mismos.
Las emociones son el motor de partida en nuestras vidas, lo que nos lleva a la acción. Si no las conocemos, si no las identificamos, si no sabemos dónde y por qué se producen, somos como un velero con sus velas rasgadas. 
Nathaly me encontró y yo la encontré a ella. 
La luz de esperanza que se enciende para uno, se enciende para ambos.
Con profundo agradecimiento hacia cada una de las personas que llegan a mí, traídas por el viento.
Sandra
Requínoa, 11 de septiembre de 2016

2 comentarios:

  1. solo el viento del universo que une en amor en confianza, en sabiduría
    gracias sandra por estar en mi vida enseñándome a conocer y aceptar quien soy
    NAMASTE

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    1. Gracias a ti por confiar en mí, dejando a tu alma hablar a través de la Intuición. Namaste

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