jueves, 1 de septiembre de 2016

"Los Niños de hoy nos piden una Enseñanza Diferente".


La crianza y los valores que se transmiten a los niños en la actualidad, requiere de una revisión; requiere que padres, educadores y especialistas tomen en cuenta que los niños de estos tiempos no aceptan la imposición ni la autoridad; rechazan la manipulación, la falta de autenticidad y la deshonestidad. Tampoco aceptan los viejos trucos de la disciplina basados en el temor y culpa. A éstos pequeños seres les gusta ser tratados y honrados como “individuos”. Por ello la crianza debe basarse en la visibilidad y transparencia.

A los niños no se les debe avergonzar ni culpar, ni mentirles ni gritarles. Por el contrario, hay que preservar su autoestima. Se les debe brindar la posibilidad de elegir y evitar la comparación.
Otra característica importante para la crianza emocional es estimular su excelencia, no la competencia entre individuos.
Existen valores claves durante el proceso de enseñanza de acuerdo a su edad biológica.
Hasta el primer año de vida, las palabras esenciales son amor, afecto y atención. A los bebés hay que tocarlos, abrazarlos, proveerles mucha seguridad y jugar con ellos.
Luego, entre el primer y segundo año, hay que enseñarles la libertad, respeto y estímulo. Durante esta etapa aprenden el desapego a los padres.
No hay que condicionarlos a través del temor. Hay que evitar que el niño conecte con el dolor como sinónimo de malo, de debilidad; si así fuese no habría espacio para el crecimiento espiritual.
El merecimiento, explorar y aprobar, son las palabras claves entre los 2 y 5 años, época de transición entre el Yo Soy y el Yo Puedo. Si le reprimimos el sentirse poderoso no se logrará que sea un adulto capaz de enfrentar cualquier reto.
Entre los 5 y 8 años, el niño asimila conceptos más abstractos. Si se les enseña “que para dar tienen que perder algo”, entonces no aprenderán el verdadero significado de dar. En cuanto a la verdad, deben aprender que va acompañada de un sentimiento agradable y no como generadora de problemas, ya que entonces elegirán ocultarla.
Después, entre los 8 y 12 años, los ahora no tan niños aprenden el cómo, y el porqué funcionan las cosas. En esta etapa son claves las palabras juicio independiente, discriminación y reflexión.
Entre los 12 y 15 años, los ya adolescentes requieren que los padres manejen términos como la experiencia, la responsabilidad y el estar alerta.

Los niños que se desarrollen en una crianza espiritual, reflejarán confianza en si mismos. De lo contrario, se encontrarán confusos, cederán a las presiones del medio y buscarán experiencias poco favorables.
Los colegios deben estar atentos para reconocer que estos nuevos niños no responden a los métodos de enseñanza tradicionales. Por el contrario, aprenden de forma reflexiva y participativa, no mediante la memorización; por ello no es extraño que a muchos de ellos se les califique como niños problemas, ya que se dispersan con gran facilidad durante las clases, dado que no les motivan, no son niños problemas sino que tienen una forma diferente de pensar, de procesar la información, de poner atención, de comportarse, en su esencia están intactos, completos, saludables y más bien engrandecidos en su capacidad.
La educación que requieren los niños de hoy está basada en el respeto de la individualidad, en la integración del individuo con el medio; está más centrada en la esencia del ser humano que en el cúmulo de información.
Recordemos que la verdadera Educación no es la acumulación de información sino la Sabiduría aplicada.

La información con el tiempo se pierde, la sabiduría nunca se olvida. 
¡Permitamos que los niños nos aporten su sabiduría! 
En los tiempos que estamos viviendo, de tanta materialidad, de tanto luchar por el tener, la Naturaleza nos abre una puerta hacia la sensibilidad a través de los nuevos niños.

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