Si quieres conseguir algo, primero suéñalo. Así lo recomendaba uno de los grandes psiquiatras del siglo XX, Viktor Frankl.
Durante la II Guerra Mundial, estuvo prisionero en campos de exterminio. Cuando se sentía muy hundido utilizaba una técnica: se veía a sí mismo dando una conferencia en una sala bien iluminada y cómoda frente a un atento auditorio, que escuchaba sus reflexiones. De este modo, Frankl estaba definiendo cómo le gustaría verse en unos años, se distanciaba de su amarga situación y se sentía más aliviado. Como decía el psiquiatra: “el prisionero que perdía la fe en el futuro -en su futuro- estaba condenado”.
La explicación, volvemos a encontrarla en la ciencia.
Científicos de la Universidad de Northwestern en Chicago han descubierto que lo que imaginamos se superpone a aquello que realmente hemos vivido, lo que hace que nuestro cerebro no sea capaz de diferenciar entre lo que ha vivido y lo que ha imaginado. Dicho estudio, publicado por la revista Psychological Science, levantó un debate interesante en la comunidad científica entre partidarios y detractores, que todavía sigue abierto.
Científicos de la Universidad de Northwestern en Chicago han descubierto que lo que imaginamos se superpone a aquello que realmente hemos vivido, lo que hace que nuestro cerebro no sea capaz de diferenciar entre lo que ha vivido y lo que ha imaginado. Dicho estudio, publicado por la revista Psychological Science, levantó un debate interesante en la comunidad científica entre partidarios y detractores, que todavía sigue abierto.
Independientemente de ello, parece ser que la visualización tiene un poder que muchos desconocen pero que los deportistas de élite dominan a la maravilla. De hecho, los especialistas en tiro con arco aseguran que visualizar tan solo 10 minutos puede ser tan efectivo como 100 flechas tiradas, igual sucede con los motoristas de élite e incluso con los pilotos de fórmula uno. Su entrenamiento visual consiste en proyectar con su imaginación determinados hechos que más tarde tomarán cuerpo en la competición real.
Si lo trasladas a tu vida privada, cuando quieres lograr algo, conviene primero soñarlo, en especial cuando se están atravesando momentos difíciles.
Imagina cómo serías en un nuevo trabajo, con una nueva pareja, en un nuevo proyecto o cambiando de forma de ser.
Soñar es el primer paso para alcanzarlo.
Hay que ser ambiciosos con los sueños y, luego, tener la capacidad para gestionar la frustración (o las sorpresas), porque la vida se encarga de ponernos a cada uno en nuestro sitio. El objetivo de soñar no es marcar objetivos imposibles, sino definir rutas de navegación. Si no tienes una visión personal, es como si estuvieras en medio del océano sin mapa ni rumbo o, lo que es peor, que formes parte de la visión de otro. Si no tienes tu propio sueño, puedes formar parte del de otro. Y lo mejor es tomar conciencia de ello antes de despertar un día y percatarse de todo el tiempo perdido.
Por eso, primero sueña y luego ponte manos a la obra. Del sueño no se vive, pero a veces es un buen pulmón para seguir adelante.
Fuentes: https://elpais.com/elpais/2014/09/17/laboratorio_de_felicidad/
"Si has construido un castillo en el aire, no has perdido el tiempo,
es allí donde debería estar.
Ahora debes construir los cimientos debajo de él"
George Bernard Shaw, escritor irlandés.
Los cuatro pasos básicos para una eficaz Visualización Creativa
Decida su objetivo
Decida algo que desearía tener, algo en lo que le gustaría trabajar o algo que le apetecería realizar o crear.
Puede situar su objetivo a cualquier nivel: un empleo, una casa, una relación, un cambio en su personalidad, un
aumento de prosperidad, un estado mental más feliz, mejor salud, belleza, un mejor estado físico o cualquier
otra cosa.
Al principio, elija objetivos en los que le sea bastante fácil creer, cuya realización considere usted posible en un
futuro inmediato. De este modo no tendrá en sí mismo demasiadas resistencias negativas y podrá potenciar su
sensación de éxito en el proceso de aprendizaje de la visualización creativa. Luego, cuando tenga más
práctica, podrá ir planteándose objetivos más problemáticos y difíciles.
Cree una imagen o idea clara
Cree una idea o imagen mental del objeto o situación exactamente como lo desea. Debe pensar en ello en
presente, como si ya existiese lo que usted quiere que exista. Imagínese en esa situación tal como la desea e
incluya tantos detalles como pueda. También puede representar una imagen física real de esa circunstancia haciendo un «mapa del tesoro».
Se trata de un paso opcional, que no es imprescindible pero que a veces
es útil (¡y divertido!).
Concéntrese a menudo en ello
Evoque con frecuencia su idea o imagen mental, tanto en los momentos de tranquila meditación como
espontáneamente, cada vez que le surja la idea a lo largo del día. De este modo, se convertirá en parte
integrante de su vida; se le hará más real y la proyectará de una manera más fructífera.
Concéntrese en ello claramente, pero de un modo despreocupado y sereno. Es muy importante no sentirse
envuelto en un forcejeo demasiado violento para conseguirlo ni dedicarle demasiada energía, porque esto
perjudica más que ayuda.
Transmítale energía positiva
Al concentrarse en su objetivo, piense en él de un modo positivo y animoso. Hágase rotundas afirmaciones
positivas: que existe, que ya lo ha conseguido o que lo va a conseguir. Véase a sí mismo en el momento de
recibirlo o lograrlo. Mientras hace estas afirmaciones deseche cualquier duda o desconfianza que pueda
albergar, por lo menos en ese momento, y habitúese a cultivar el sentimiento de que lo que desea es real y
posible.
Prosiga avanzando en ese proceso hasta que logre su objetivo o hasta que deje de desearlo. Recuerde que
a menudo los objetivos cambian antes de haberse conseguido, hecho que es connatural al proceso humano de
cambio y desarrollo; por lo tanto, no trate de prolongarlo más allá de sus energías. Si usted pierde interés,
puede significar que ha llegado el momento de reconsiderar sus deseos.
Si uno de sus objetivos cambia, asegúrese de que realmente es así. Vea claro en su mente que ya no se
concentra en su anterior meta. Dé por concluido el ciclo de ese objetivo y empiece uno nuevo. Esto le ayudará
a evitar la confusión o sentirse como si hubiese «fracasado», cuando lo que sucede es que, simplemente, ha
cambiado.
Cuando logre un objetivo, asegúrese de tener el convencimiento consciente de que ha sido
verdaderamente conseguido. Con frecuencia logramos cosas que hemos estado deseando y visualizando sin
apenas advertir nuestro éxito. Por lo tanto, felicítese por ello y no deje de darle las gracias al universo por haber
hecho realidad sus deseos.
La Visualización Creativa sólo funciona para el bien
No tema que el poder de la visualización creativa pueda ser utilizado para el mal. La visualización creativa es
un medio para desbloquear las barreras que nosotros mismos le hemos puesto al curso del universo, que es
armonioso, amable y pródigo por naturaleza. Sólo es verdaderamente eficaz cuando se utiliza de acuerdo con
nuestros objetivos y propósitos más elevados, para el mayor bien de todos los seres.
Si alguien quisiera utilizar esta poderosa técnica con intención de hacer daño o destruir, no haría más que
demostrar su ignorancia de las leyes del karma. Es el mismo principio básico que rige la ley de la radiación y de
la atracción: «se recoge lo que se siembra»; todo lo que intentemos crear para los demás revierte siempre en
nosotros como un bumerán. Y esto es válido igualmente tanto para los actos amorosos, solidarios y saludables
como para los negativos y destructores.
Por lo tanto, cuanto más utilicemos la visualización creativa para amar y servir a los demás así como para
nuestros fines más elevados, más amor, felicidad y éxito revertirá en nosotros.
Aunque sólo sea para concienciarse de que tiene siempre presente este concepto, le vendrá bien añadir la
frase siguiente cada vez que realice un proceso de visualización creativa:
Esto, o algo mejor,
se manifiesta ahora ante mí
de un
modo totalmente satisfactorio y armonioso
para mayor
bien de todos a quienes afecta.
Así, por ejemplo, si usted está visualizando un ascenso en su trabajo, no imagine que despiden a la persona
que actualmente ocupa ese puesto. Imagínela obteniendo un trabajo mejor, de manera que su deseo sea
provechoso para ambos. No es necesario, sin embargo, que usted vislumbre o acierte a comprender cómo lo
va a conseguir ni que trate de decidir cuál sería el mejor medio para lograrlo. No tiene más que asumir que va a
producirse para bien de todos y dejar que la inteligencia universal se ocupe de los detalles.
1410946485_141094.html
Libro "Visualización Creativa", extracto de la primera parte. De Shakti Gawain
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