lunes, 19 de junio de 2017

«El origen de la depresión surge en la Infancia»



Todo surge a raíz del suicidio de un niño. ¿Pudo dar una explicación a este hecho?:
Yo atendía como terapeuta a una persona que me enseñó la nota que dejó ese niño; explicaba que no soportaba más la soledad de su casa y la depresión de sus padres. Cuando mi paciente se fue, me puse a llorar porque el suicidio no es parte de la infancia. ¡Un niño no piensa en eso! Me conmovió muchísimo y me puse a investigar.

¿Y qué descubrió?:
En 1999, la OMS ya hizo una campaña para concienciar sobre el suicidio infantil y juvenil, un tema tabú. Ese niño vivía una situación muy habitual, sus padres sufrían depresión. Descubrí que, también según la OMS, el crecimiento de la depresión en el mundo es abrumador, así como las psicosis, la ansiedad, las adicciones, la anorexia.
Los primeros años son vitales para prevenir estos trastornos, por eso creí́ necesario establecer una conexión entre esa realidad y sus raíces.
La “desnutrición afectiva” de las sociedades ricas puede ser causada por la falta de tiempo. Muchísimas mujeres han de escoger entre ser madres y trabajar. Es un asunto serio. Las licencias maternales tendrían que ser de seis meses como mínimo, algo que en mi país, Brasil, conseguimos no hace mucho. Estamos lejos de los dos años de Suecia, pero ¡algo es algo! Reunimos muchos datos, avalados por la OMS, y demostramos que los seis meses no resultan costosos, como argumentan los empresarios. Cuestan más las bajas por depresión que por maternidad.

¿Por qué es sagrada la infancia?:
Es el tiempo en el que se forma nuestra estructura biopsicológica, el desarrollo cerebral y psicomotor, lo más importante.
La primerísima infancia, hasta los tres años, es determinante, el fondo de reserva para la vida. Se constituye la base, la matriz de la depresión, bipolaridad, psicóticos.
La infancia es sagrada, pero los tres primeros años, aún más, debemos cuidar el desarrollo cerebral y toda la parte psicoafectiva. Y hasta los once años es importante para constituir un adulto sano, humanizado, respetuoso, equilibrado.

¿Los padres están muy perdidos?:
Mucho. El mundo va muy perdido. Hay adicciones, violencia. Los padres están preocupados. Hay infinidad de publicaciones con todo tipo de consejos: cómo comer, cómo beber, cómo dormir. No doy recetas, con mi libro y mi discurso, doy recursos e información para que la gente reflexione y comprenda lo que se forma en cada etapa y aquello a lo que deben prestar una atención especial.
Por ejemplo, hasta los nueve meses, el bebé necesita explorar la boca con sus manos. Después no lo hace más, pero los adultos creen que el niño que lo hace se quedará siempre con esa costumbre e intentan evitarlo. Igual que la idea de que no hay que coger al bebé en brazos para que no se acostumbre. Las personas miran al niño como un todo y es importante entender cada periodo y actuar como crea mejor, con toda la información pero sin seguir recetas. En esto la intuición es muy importante.
Tenemos una sabiduría innata, pero está contaminada por conceptos antiguos sobre la educación. Mira la sociedad, la depresión se implanta de forma atroz en el mundo y el origen está en el inicio de la vida. La investigación en neurociencia, la OMS y la Unesco dicen que es necesario cambiar la forma de educar. No hay que seguir de forma ciega lo que diga una persona, un libro, una autoridad, tu madre, la abuela...
Los adultos tienden a educar sin entender ni respetar la delicadeza del niño. Dicen 'son cosas de niños', 'tonterías'. Imagina que dijéramos 'son cosas de mujeres' o 'de hombres de 40 años en crisis'.
Hace falta respetar los sentimientos y emociones del niño y el adolescente para comprender lo que está ocurriendo. A veces no entendemos que un niño no nos haga caso y es que aún no tiene desarrollado del córtex para registrar todos los comandos que le damos. Le acusamos de desobedecer, pero no puede interiorizar tantos límites.
Hemos pasado de autoritarismo a libertad total. Creo en la autorregulación tanto para educar a un niño como para nuestra forma de reaccionar. Es necesario educar al educador. La autorregulación es un equilibrio entre la contención sana y la permisión sana. En el pasado teníamos un exceso de límites que no resultó bien y ahora tenemos una falta de ellos. El límite, ni punitivo ni contaminado por la emoción del adulto, es muy importante para el niño, es una orientación. Es un margen, una frontera. Un límite de autoridad, no de autoritarismo. Es necesario recuperar la autoridad del padre, la madre, el maestro y garantizar que el niño pueda desarrollar las virtudes que se constituyen en cada edad. Es difícil seguir recetas porque debes saber cuándo poner un límite.

¿El límite debe ser un bosque en el que el niño entra cuando está preparado?:
Sí, y entra con el padre o la madre cogido de la mano, orientándolo, observando. Pero para esto es necesario comprender qué necesita el niño en cada momento, contención o desarrollo.
No todos los niños son iguales. Cuando presenté el libro en Barcelona, un periodista me preguntó qué había que hacer con un niño de dos años, le respondí: ¿Qué se hace con un hombre de 40? Cada persona es una historia. Lo que necesita un niño depende de muchas cosas.
La elección de la escuela o la guardería es determinante. La infancia es un tema político, está muy relacionado con las políticas sociales y educativas que adopta un gobierno. Finlandia, por ejemplo, adoptó la pedagogía Waldorf, en toda la red pública hay una unidad pedagógica y de línea de trabajo. El maestro es una gran autoridad y los padres no son clientes, que es lo que ocurre en muchas escuelas ahora: los padres tiene tal poder de decisión que se pierde la pedagogía. La unidad entre padres y maestros es muy importante. La elección de guardería es delicada porque muchas son guardabebés.
Por ejemplo, un bebé está archivando todos los músculos esenciales para su desarrollo psicomotor. Si la guardería no permite que se mueva se transforman en hipotónico, no tendrá la fuerza natural que necesitará después. ¿Dónde están esas guarderías bien estructuradas? Hay pocas y los padres necesitan trabajar. ¿Cómo lo hacemos? Hace falta un debate profundo de política social.

¿Estamos acortando la infancia?:
Sí, los adultos fomentan una infancia cada vez más reducida y una adolescencia cada vez más anticipada que, a su vez, se alarga demasiado porque los jóvenes tardan en independizarse. Hoy tenemos niños muy inteligentes y formados, pero emocionalmente inmaduros. Hay una desconexión entre el desarrollo cognitivo y el emocional.

La Autora: Evânia Reichert, terapeuta y escritora, especialista en el estudio de la relación entre las etapas de la infancia y la formación del carácter. Es autora, entre otros libros, de Infancia, la edad sagrada (La Llave).

Fuente:
http://www.mentesana.es/psicologia/evania-reichert-efectos-cultura-separacion_1183
http://www.diariodeibiza.es/cultura/2017/03/18/origen-depresion-inicio-vida/903352.html

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