martes, 27 de junio de 2017

"La Soledad", por Sandra Figueroa


“Tengo una soledad tan concurrida 
que puedo organizarla como una procesión 
por colores tamaños y promesas 
por época por tacto y por sabor…” 
(de “Rostro de vos”, Mario Benedetti)

La soledad puede ser muy agradable, productiva, renovadora, cuando es voluntaria, cuando elegimos retraernos por un tiempo para relacionarnos con nosotros mismos en intimidad. Pero deja de ser todo aquello, cuando es abandono, cuando es fruto de la intolerancia, cuando nos volvemos incomprensivos o prepotentes, olvidando que, a fin de cuentas, nos hemos ido forjando en función de nuestras relaciones. 
Para enfrentar positivamente las manifestaciones de la soledad el Dr. Bach describió las siguientes flores:
Heather
Se trata de un arbusto que puede medir hasta 80 centímetros. Se extiende en grandes cantidades formando brezales. Es una planta muy enmarañada, de tallos ásperos y cableados. Los pétalos de sus flores, que son muy olorosas y de color malva, no están unidos y forman una campana. 
Descripción del Dr. Bach: “Para aquellos que siempre buscan la compañía de cualquier persona que pueda estar disponible, debido a que necesitan discutir sus asuntos con los demás, sin importar quién sea. Se sienten muy desgraciados si tienen que estar solos.”
Para las personas egocéntricas, que evitan la soledad y no paran de hablar de ellas mismas. El individuo en estado Heather negativo siente la necesidad urgente de liberarse de todo lo que experimenta, y comunicarlo, para lo cual requiere de un público hacia el que encauza su verborrea. Este narcisismo enfermizo esconde un complejo de inferioridad y la necesidad de sentirse amado, reconocido y admirado. Es el estado del “niño necesitado”, pues depende de la atención y dedicación de quienes le rodean. La persona Heather tiene una gran carencia afectiva y es esto lo que la lleva a llamar la atención de los demás. Pero en su afán por conseguir aplausos, termina consiguiendo exactamente lo contrario, que es a lo que tanto teme: aislamiento, humillación y, finalmente, la soledad.
La insistencia con que se aproxima a los demás, con sus incansables monólogos, o, literalmente, tomándolos, inclusive por la ropa, termina ahuyentándolos.
Y, finalmente, el contacto que anhelaba no se produce, dejándola sola, nuevamente. Es además, hipocondríaca, porque de este modo obtiene atención de sus cercanos. Si no tiene una verdadera dolencia, la inventa; y si tiene una enfermedad, la exagera. De este modo obtiene cuidados y afecto. En estado positivo, el individuo se vuelve un buen interlocutor. Aprende a escuchar, se transforma en un ser compasivo y comprensivo y deja de pensar todo el tiempo en sí mismo.
Se desarrolla en él la empatía, lo que inspira confianza para acercarse a él en busca de compañía. Cultiva la verdadera amistad y pierde el terror a la soledad. Aprende a dar y recibir, amando y amándose.
Impatiens
Ésta fue la primera flor que elaboró Edward Bach en su retiro de Gales. Es una flor silvestre proveniente de la región del Himalaya. La planta alcanza hasta 1,80 m de altura, crece a la orilla de los ríos, en los bancos de los canales y en otros terrenos bajos y húmedos. Florece entre julio y septiembre, y las flores son de un tono violeta pálido a rojizo. 
La Descripción que hizo el Dr. Bach: “Aquellos que son rápidos en pensamiento y en acción y que esperan que todo se haga sin vacilación o demora. Cuando caen enfermos desean curarse rápidamente. Encuentran muy difícil tener paciencia con gente que es lenta, pues les parece un error y una pérdida de tiempo, y se van a esforzar a toda costa para que esas personas sean más rápidas en todos los sentidos. Suelen preferir trabajar y pensar solos,
para poder hacer todo a su propio ritmo.”
Impatiens (junto con Mimulus) fue, según cuenta Nora Weeks (colaboradora del Dr. Bach) la primera flor descubierta por él, en septiembre de 1928. En la primera descripción, las características de Impatiens eran el dolor agudo y la crueldad. Pero esta descripción irá evolucionando, hasta aparecer la impaciencia, en 1932, y así permanecerá hasta el día de hoy. Impatiens es para aquellos individuos impacientes, nerviosos e irritables, que siempre sienten que van contra el tiempo y que todo lo externo a ellos se mueve de modo demasiado lento, provocándoles desesperación. Son de percepciones rápidas, reaccionan al instante y toman decisiones sobre la marcha, lo que les provoca que se agoten con la misma
rapidez. En su mente, todo sucede vertiginosamente. No tolera la lentitud en el otro y es incapaz de esperar. Adaptarse al ritmo de su entorno lo irrita, altera sus nervios y le produce una constante tensión. Viven pendientes del reloj, temiendo perder el tiempo. Su tensión nerviosa puede redundar en repentinos dolores espasmódicos, contracturas, calambres, tics, dolores de cabeza e insomnio. Su ímpetu implica una amenaza latente de accidentes. Pero sus reacciones rápidas y sus buenos reflejos, evitan que la mayoría de las veces, estos lleguen a suceder.
La soledad en Impatiens se produce porque no sabe esperar al otro, le parece que trabaja con demasiada lentitud y esto le irrita. Por esta razón, prefiere trabajar a solas, a su propio ritmo.
Ante la demora ajena, explota y suele ser muy poco diplomático, llegando, incluso, a tratar mal a quienes lo rodean, porque se exalta con facilidad, se torna rudo, brusco; aunque superado el momento recupera su equilibrio también rápidamente. Tomando Impatiens, la persona se hace consciente de su estado de tensión, lo que le permite comenzar a relajarse, manteniendo la serenidad hasta en momentos de presión. Acepta que las cosas sucedan a su tiempo, con paciencia, volviéndose comprensivo con los tiempos ajenos. Puede mantener su agilidad física y mental, pero relajadamente. Comienza a vivir la vida momento a momento, sin ir a los estrellones con las cosas y las personas y respetando el ritmo de los demás. 

Water Violet
Es una planta acuática y sumergida, que florece en aguas de lento fluir, estanques o zanjas. Sus tallos brotan por encima de la superficie del agua. Alcanza sólo de cinco a quince centímetros de altura. Su flor se dispone en espiral alrededor del tallo sin hojas, presenta cinco pétalos con un centro amarillo que después deviene en blanco, en tanto la mitad hacia afuera luce un color rosa-malva. Tiene un perfume muy fuerte. 
La Descripción del Dr. Bach: “Para aquellos que en la salud o en la enfermedad les gusta estar solos. Gente muy reservada que se mueve sin hacerse notar, hablan
poco y con suavidad. Muy independientes, capaces y seguros de sí mismos. Casi libre de opiniones sobre los demás. Son distantes, dejan a la gente sola y siguen su camino. A menudo inteligentes y talentosos. Su paz y calma son una bendición para los que le rodean.” Water Violet es la flor para aquellos que se sienten aislados del resto. En estado negativo, cortan la comunicación con los demás, levantando inquebrantables fronteras, centrándose fuertemente en sí mismos. Son distantes, altivos, arrogantes, desdeñosos. El individuo Water Violet es orgulloso, porque en su fuero interno se sabe superior, aunque no haga alardes de ello.
Son vistos por los demás como personas sabias, superiores, diferentes, pero inaccesibles. Les gusta estar solos porque las otras personas pueden ser molestas para su espíritu. Tal como lo es para la planta “…esta lleva una vida de reclusión oculta de la visión pública en las aguas quietas de un riachuelo tranquilo. Al vivir en el agua, la Violeta de Agua es inabordable. Las acequias en las que se solía encontrar tienen con frecuencia un pequeño dique a los lados y eso impide el acercamiento de los animales, del mismo modo en que la persona distante dificulta el acercamiento de otra gente…” (Eduardo Grecco). 
La soledad es buscada por Water Violet, voluntariamente, porque es el estado en el que se encuentra más a gusto. Protege su intimidad y su territorio, quiere que lo dejen en paz, sin intromisiones. Es celoso de su independencia, no le gusta sentirse atado a otro, es emocionalmente desapegado, lo que dificulta sus relaciones de amistad, familiares y de pareja. En estado positivo, sale de su aislamiento y aprende a disfrutar las relaciones y vínculos. Se vuelve comprensivo con los demás, porque entiende que todas las personas tienen de algún modo, algo que ofrecer. Con su ejemplo de vida transmite sus valores a otras personas, consciente o inconscientemente, convirtiéndose, con humildad, en un modelo inspirador. Son seres que irradian dignidad y paz interior, confianza y sabiduría.

Fuente: Revista Equilibrio, Edición Mayo 2012

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