domingo, 29 de enero de 2017

"El Arte de Crear con Flores", Por Manuela Menéndez. Primera parte.

(Picasso pintando con Luz)


La creatividad, es una de esas palabras atrayentes que nombra algo deseado por casi todos. En su comprensión más sencilla, la creatividad es la capacidad de crear. 
Esta capacidad, es un don de la divinidad que puede, por tanto, expresarse en toda manifestación de vida.
La creatividad de la Naturaleza, de la Tierra como organismo vivo, produce obras grandiosas a las que pertenecen las flores, cuyos colores, formas y tamaños, abarcan una gama casi infinita de creaciones, que conforman la esencia de la medicina natural que como terapeutas florales practicamos.
Decía Paracelso que cada planta ejerce, allí donde crece, un impulso terapéutico que se expresa en sus constituyentes y en su forma, en su modo de desarrollarse, en su color y en su perfume.
La palabra creatividad está emparentada con la voz latina "crescere", que significa crecer, por ello la creatividad forma parte del proceso evolutivo de todo ser vivo y muy especialmente del ser humano. Se dice que lo propio del ser humano es la creación y quien no se permite crear no se permite ser humano.
Se trata de una actividad primordialmente contenida en la función del intelecto humano llamada imaginación y que corresponde al hemisferio derecho del cerebro. 

Imaginar, consiste en representar en la mente algo que no existe o que no está presente. 
El acto creativo se cumple siempre con el llamado principio de la doble génesis, que refleja algo conocido: Lo creado nace primero en nuestra mente y después a través de un proceso mediador aflora en el territorio de la realidad.

Podemos hablar de distintos tipos de creatividad

  • Creatividad para sobrevivir, es la que nos permite salir de situaciones difíciles y procurar soluciones a los conflictos o los desafíos que surgen en la vida cotidiana. 
  • Creatividad para el progreso, es la que desarrollamos para la consecución de objetivos y metas personales, así como para hacer aflorar proyectos e ideas innovadoras que tienen un reflejo en la sociedad.
  • Creatividad para la evolución, es la que nos conecta con nuestros deseos más importantes, con nuestra esencia, nuestro sentido de trascendencia. 

Vemos así, que el talento creativo habla de nosotros en todas las facetas de nuestra existencia desde las más cotidianas a las más trascendentes, todos los aspectos de nuestra vida expresan nuestra creatividad.
La creatividad ha comenzado a ser objeto de estudio a partir de los años 50 principalmente por las disciplinas de la Educación y la Psicología. En base a estos estudios, las tres dimensiones teóricas de la creatividad más comúnmente aceptadas son las que la conciben como:
  • Un rasgo de la personalidad: la personalidad creativa.
  • Un proceso: las fases por las que discurre el proceso de crear. 
  • Un producto: la creación artística, literaria, científica y muy especialmente la creación trascendente. 
La Terapia Floral, de la mano de las esencias florales de Bach y de las nuevas esencias florales o esencias de nueva generación, puede contribuir de manera relevante al desarrollo armónico del potencial creativo en cualquiera de las dimensiones concebidas de la creatividad y con ello al incremento de la capacidad de imaginar, intuir, visualizar y, en definitiva, desarrollar el Arte de Crear con Flores.

Creatividad: La personalidad creativa

La creatividad ha sido entendida por largo tiempo como un don o un talento especial, patrimonio exclusivo de la denominada personalidad creativa. 
Algunos ejemplos de personalidad creativa a lo largo de la historia los tenemos en personas como: Mozart, Van Gogh, Einstein, Chaplin, Gandhi, García Márquez y desde luego, Edward Bach. 
Edward Bach, cuyo talento creativo ha aportado a la sociedad contemporánea un sistema absolutamente innovador de curación por las flores. Una personalidad que rompió con la ciencia médica de su época e introdujo el concepto de alma en el estudio de la enfermedad, cuando era profesionalmente tan mal considerado como hablar de sexo en la época victoriana.
Una personalidad que podía conectar con la acción terapéutica de una flor por el simple procedimiento de ponerse un pétalo debajo de la lengua o que podía predecir tormentas o aliviar el padecimiento de otros mediante la imposición de manos, según nos consta por los testimonios de Nora Weeks, en su obra “Los Descubrimientos del Dr. Edward Bach”

Factores del Pensamiento divergente 

Este concepto del talento creativo innato ha ido evolucionando hacia un concepto más abierto que reconoce la posibilidad de que toda persona es capaz de desenvolverse creativamente y que ser creativo no es solamente una posibilidad, si no que efectivamente forma parte de la naturaleza humana. No es por tanto como decíamos, sólo cuestión de genios o artistas reconocidos si no del genio o artista que habita en cada ser. 
Así se estima posible poder potenciar el pensamiento creativo a partir de un enfoque en factores determinados. Factores que teóricos del estudio de la creatividad como Guildford, Lowenfeld y Alencar, entre otros, identifican como las variables más frecuentes para medir la creatividad del ser humano y que son los siguientes:

  • La Fluidez: Posibilidad de la persona de presentar muchas ideas. 
  • La Flexibilidad: Posibilidad de la persona de presentar variabilidad o cambio en las ideas y la capacidad de adaptarse fácilmente a situaciones nuevas. 
  • La Originalidad: Posibilidad de la persona de presentar ideas singulares, diferentes, discrepantes. 
Estos factores son los denominados factores de pensamiento divergente, que actúan en contraposición al denominado pensamiento convergente que tiende a utilizar predominantemente la forma lógico‐ analítica y a establecer relaciones convencionales.

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